"Los que luchan por la libertad creativa se van a la cama realizados"
Acompañada del director Pepe Herrero y la Symphonic Film Orchestra de Madrid, la 'Pantera de Figueras' recala por primera vez en Cádiz dispuesta a sorprender y emocionar desde una perspectiva clásica
Con más energía e ilusión que nunca Mónica Naranjo cierra la primera etapa de Adagio Tour en Cádiz. En el mágico marco de la plaza de la Catedral se presenta el próximo sábado 25 de julio ante su público, arropada por la Symphonic Film Orchestra de Madrid en un registro clásico donde sus temas brillan de una manera distinta y especial.
-Sus éxitos pop de ayer y hoy, remozados con música clásica y con un concepto visual íntimo e impactante. Por lo que parece, no tiene prejuicios musicales.
-No hay que tener, no deberíamos. He tenido una formación clásica desde los siete años y Adagio supone volver a los principios, a la partitura, a trabajar con el lírico. La cabra tira al monte.
-Pero ¿hay algo con lo que no se atrevería?
-No me lo he planteado pero conozco mis límites. Nunca cantaría flamenco, lo tienes que mamar desde pequeña. Es un arte aparte, pura sangre, me apasiona.
-¿Cómo se desarrolla la gira?
-Está siendo fascinante. No esperaba una acogida así. Con cariño e ilusión todo termina funcionando. Esta gira conlleva un cambio de registro de 180 grados.
-¿Qué diferencias presenta 'Adagio' respecto a sus anteriores espectáculos?
-Es un concierto sinfónico. No hay programaciones, son treinta y tantos músicos en el escenario.
-Esta gira está destinada a recintos más pequeños e íntimos ¿Qué se gana y se pierde en las distancias cortas?
-Se gana siempre, en todos los aspectos. Es entendible que a los empresarios no les salga rentable la cuenta, pero el artista se crece, se curte. En el teatro hay arte, espectáculo e interpretación corporal. Empecé en ellos y he vuelto veinte años después. Siempre hay que hacer sacrificios pero lo importante es disfrutar con el trabajo y hacer disfrutar a la gente.
-¿Qué temas de su carrera han sido más difíciles de adaptar a los arreglos orquestales?
-No ha sido difícil. Todas las canciones parten de un concepto clásico. No sé componer sin un piano, me siento desnuda. Pepe Herrero me comentó la posibilidad de llevar a cabo Adagio y sobre un guión escogimos el repertorio. En principio era una gira para dos meses de verano y en Cádiz se cierra la primera temporada. En septiembre vamos a América y el DVD se grabará en México. Todo esto es un buen síntoma, que la gente se amolde al clásico. Esto me hace ver que el ser humano está carente de emociones y la música provoca un lleno total interno. El amor está cogido de la música.
-Nació en Figueras, Cataluña, pero tiene ascendencia andaluza ¿Qué aporta el sur a su manera de entender la vida y la música?
-El genio, en el buen sentido. El decir por aquí no, por aquí sí (risas). Las mujeres andaluzas de mi familia son de gran carácter.
-Y hablando del sur, su admirada Rocío Jurado llenaba año tras año los teatros gaditanos de un público incondicional que nunca faltaba a la cita. ¿Qué lugar ocupan los fans en su trayectoria?
-Los fans son la punta del iceberg, me han apoyado siempre, me han ayudado a dar los primeros pasos. Por el camino uno se siente muy solo y ellos te dan la fuerza y el empuje para seguir, le dan sentido a tanto esfuerzo, a tanta lucha y entrega. Rocío era un ser increíble, extraordinario, muy sincera. Le decía: "te vas a morir con los tacones puestos" (risas). Ella me preguntaba por qué había estado tanto tiempo alejada de los escenarios, que "era un pecado", y yo le contestaba que no era el momento, que para compartir hay que hacerlo bien. Es una responsabilidad.
-Cantará el próximo sábado por primera vez en la capital gaditana y el público espera impaciente ¿Puede adelantar algo de lo que se podrá ver esa noche?
-Es un espectáculo sinfónico contemporáneo, con momentos buenos y tristes vividos a través del personaje de Alma, una marioneta que refleja la vida y la muerte.
-Cádiz es la tierra de la fina ironía y el Carnaval. ¿Con qué disfraz se siente más cómoda en escena?
-Nunca me he disfrazado. Mónica Naranjo es ya un disfraz con el que me entiendo con todo el mundo. Aunque el más divertido fue el de porno-chacha en el videoclip de 'Amor y Lujo' (risas).
-'Adagio Tour' se enmarca dentro de una serie de recitales titulados 'Conciertos para la libertad'. ¿Debería ser ésta la máxima que guía el trabajo creativo del artista?
-Debería ser así, pero no siempre lo es. Los que han luchado por ella se van a la cama realizados. Hay que defender los ideales de nuestro arte, sobre todo en un momento tan delicado como el que vive la música.
-O sea, que haciendo un símil con la gira que ocupa su tiempo, hoy por hoy lleva usted la batuta de su arte.
-Afortunadamente sí. Creo que desde la música en la vida he hecho algo bueno, pero tengo que descubrir exactamente qué es. Estoy viviendo un momento idílico.
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