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Aquellos maravillosos odios
Cómics
Buddy Bradley y Cía regresan a las librerías para demostrarnos que las cosas no han cambiado… ¿O tal vez sí?
He de confesar que los personajes creados por Peter Bagge me han hecho pasar ratos de irremediables carcajadas. Ese retrato de una sociedad tan imperfecta como la norteamericana, barnizado con una capa de vitriolo y presentando a una familia tan disfuncional como los Bradley se ha convertido en un autentico clasicazo.
Ficha
¡Odio desatado!
Autor: Peter Bagge
Tapa blanda
Blanco, negro y color
132 págs.
22,50 euros
Ediciones La Cúpula
Pero claro, el tiempo pasa irremediablemente, y su creador en los últimos tiempos tomó otros senderos narrativos, deteniéndose en las vidas de las grandes mujeres Rose Wilder, Margaret Sanger o Zora Neale Hurston, un trío de ejemplares féminas que dedicaros sus vidas a la defensa de la libertad y el feminismo.
Sin embargo, ¿por qué no volver a ese desopilante universo que tan buenos momentos nos ha deparado? Tras tantos años, ¿qué habrá sido de Buddy, Lisa, Babs, Butch y demás personajes?
¡Pues dicho y hecho! Abramos los ojos y ahí tenemos de nuevo al melenudo protagonista, con el aspecto de siempre, el paso del tiempo no parece haberle afectado en lo físico. Ahora ya es un 'serio' padre de familia, sigue emparejado con Lisa que, curiosamente ha calmado su bipolar temperamento (no sé si gracias a la terapia o a la ingestión de algún que otro medicamento).
Pero algo sí que ha cambiado en el 'ambiente', y da bastante miedo. Y es que sobre las vidas de estos personajes planea la ominosa sombra de ese tipo de rostro anaranjado y arquitectura capilar imposible, Donald Trump.
Lisa y su hijo Harold le echan en cara a Buddy que tal vez él le haya votado, hecho este que le cabrea bastante, ya que llegados a este punto de su vida no se fía de ningún político, y se niega a regalarle su voto a nadie.
Lo malo es que la propaganda trumpista contamina a miles, millones de personas, entre ellas a mamá Bradley, que ahora vive en un edificio en el que comparte espacio con otros ancianos. Uno de ellos es, atención, la madre jipiosa de uno de los personajes más extremos, caóticos y divertidos de esta saga, Apestoso.
Su recuerdo volverá una y otra vez a la cabeza de Buddy, que piensa que es el único que conoce su aciago destino. Pero, tal vez, esto no sea así…
Daremos saltos hacia el pasado, esa viñetas en blanco y negro que nos meten de lleno en otra época, no sé si mejor o peor, pero muy diferente en la vida de estos personajes.
Por supuesto, Buddy y Lisa no serán los únicos protagonistas del relato, ya que conoceremos a su hijo Harold, que se está radicalizando por momentos, en parte debido a la influencia de su 'tito' Butch, que ve enemigos por todas partes; Babs Bradley seguirá comprobando como su vida es una interminable sucesión de fracasos sentimentales y Jay, el ex socio de Buddy, estará cerca, demasiado, de ver el final del temido túnel…
En fin, un placer reencontrarse con esta panda, como supongo que también lo ha sido para los editores de La Cúpula y, sobre todo, para Hernán Migoya, escritor, guionista y maravilloso traductor que firma un sentido prólogo.
¡Vamos allá, odiemos a tope!
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