La masacre de Munich desde el punto de vista periodístico: una gran película
SEPTIEMBRE 5 | CRÍTICA
La ficha
***** 'Septiembre 5'. Thriller, Alemania, 2024, 95 min. Dirección: Tim Fehlbaum. Guion: Moritz Binder, Tim Fehlbaum, Alex David. Música: Lorenz Dangel. Fotografía: Markus Förderer. Intérpretes: Peter Sarsgaard, John Magaro, Ben Chaplin, Leonie Benesch, Zinedine Soualem.
Hay muy buenas películas sobre el periodismo. Y esta es una de ellas. Informadores enfrentados a un hecho sangriento sin precedentes: el ataque de los terroristas palestinos de Septiembre Negro contra la delegación israelí en los juegos olímpicos de Múnich de 1972, secuestrando en la villa olímpica como rehenes a once deportistas a cambio de cuyas vidas exigían la liberación de 234 presos palestinos y de los terroristas alemanes Baader y Meinhof, fundadores y líderes de la Fracción del Ejército Rojo. Un episodio llevado al cine por William A. Graham (21 horas en Múnich, 1976) y por Spielberg (Múnich, 2005), además de por el documental de Kevin MacDonald Un día en septiembre (1999), ganador del Oscar. Tras una operación fallida de rescate todo acabó en un baño de sangre: los once deportistas israelíes fueron asesinados y cinco de los ocho terroristas abatidos por la policía.
El director suizo afincado en Alemania Tim Fehlbaum, que se ha ido ganando un merecido prestigio con sus películas distópicas Hell (2011) y The Colony (2021), ha tenido la excelente idea de adoptar el punto de vista de los periodistas de la cadena americana ABC que se enfrentaron a un hecho histórico con las dudas, incertidumbres y problemas éticos que su gravedad y carencia de precedentes planteaba -el primer ataque terrorista con rehenes retransmitido en directo-, y con unos resultados igualmente históricos: una audiencia de 900 millones de espectadores. Y ha tenido el talento de hacerlo con rigor y seriedad en el tratamiento, y con una contundente y severa puesta en imagen.
Todos los problemas éticos, conocidos por cuantos países han sufrido ataques terroristas, están planteados. ¿Informar de los hechos con toda su crudeza sirve de condena o de caja de resonancia a los terroristas? ¿Grabar y difundir los asesinatos en directo sirve a la información o al espectáculo para ganar audiencias? Todos los problemas de logística de la complicada grabación, envío y emisión están narrados. Todas las tensiones profesionales -¿periodistas deportivos, tenidos en menos por los especializados en política o conflictos, podían asumir esta tarea?- están expuestas. El atentado es el trasfondo, no el tema. Esta película trata de los dilemas técnicos (la tecnología de 1972 no era la de hoy) en las comunicaciones entre ellos y las transmisiones, edición y difusión de imágenes, y sobre todo de los dilemas éticos inherentes a la profesión cuando se enfrenta a una tragedia y al terrorismo.
La película adopta un tono casi de docudrama, de seguimiento en directo de los hechos. Los actores -soberbios Peter Sarsgaard, John Magaro, Ben Chaplin, Leonie Benesch, Benjamin Walker- dan verdad y profundidad humanas, unos para bien y otros no, que también la ambición y la rivalidad andan de por medio, a sus personajes.
Tim Fehlbaum ha logrado resucitar el estilo severo del mejor cine político de Costa-Gavras (aunque hay que insistir en que más de que de la política o del terrorismo trata de su relación con la información) y la fuerza de las grandes películas sobre la ética periodística, desde Todos los hombres del presidente o Mad City a Los papeles del Pentágono. Sin que la seriedad del tema y el rigor del tratamiento le impidan ser tan tensa, emocionante y entretenida como el mejor thriller. Una gran película que no merecería pasar desapercibida. Además de por todas las razones expuestas, por la actualidad de la guerra sucia por las audiencias, los límites éticos de la información convertida en espectáculo y la proliferación de las fake news.
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