El mejor cierre a la trilogía del narco

Negro sobre negro

Con ‘La frontera’ el estadounidense Don Winslow pone un espléndido colofón a la historia que iniciara con ‘El poder del perro’ en el año 2005

Imagen del autor estadounidense Don Winslow.
Imagen del autor estadounidense Don Winslow.

En 2005 Don Winslow inició con ‘El poder del perro’ una durísima trilogía sobre los todopoderosos cárteles de la droga en Méjico y su influencia en EEUU, donde las sobredosis se han convertido en la principal causa de muerte entre los menores de 55 años. Las guerras entre Sinaloa, Nuevo Jalisco, los Zetas o el cártel del Golfo, sin olvidar a la DEA norteamericana, permitieron al autor estadounidense crear un universo apasionante con personajes de una fuerza tan brutal como los crímenes que se relatan en sus páginas.

'La frontera'.
'La frontera'.

El agente Art Keller, Arturo cuando cruza la frontera del Río Bravo, es el gran protagonista de toda la trilogía. En esta última entrega, ‘La frontera’, que arranca justo donde lo dejó ‘El cártel’, ha accedido hasta los últimos peldaños de poder en la agencia antidroga. Allí, en Washington, tendrá que lidiar no sólo con su obsesión por acabar con el legado de Adán Barrera sino con la nueva administración al mando.

Winslow no es de los que se muerden la lengua, aunque esta vez prefiere tomarse la licencia de bautizar al histriónico pelirrojo que alcanzó la Presidencia de EEUU en 2016 con el nombre de John Dennison. También en este caso quiere construir un muro, y que lo paguen los mejicanos, e incluso cuenta con un yerno involucrado en oscuros negocios multimillonarios.

Entre la galería de personajes de esta tercera entrega figuran almas casi anónimas que simbolizan la derrota ante el poder de la droga, personas que pierden su futuro por verse atrapadas en un círculo vicioso que la mayoría de los casos acaba con un pasaporte al éxtasis sin retorno.

Un periodista siempre tras la verdad

Don Winslow (Nueva York, 1953) estudió periodismo pero siempre le tiró el misterio. Trabajó como investigador privado y tras afincarse en California decidió introducirse en el peligroso territorio narco con novelas como ‘Salvajes’ o ‘El poder del perro’. Además, su pasión por el surf le hizo componer historias de policías tan divertidas como ‘El club del amanecer’. Con ‘El cartel’, la segunda entrega de su trilogía sobre el mundo de las drogas y la corrupción política, logró el premio RBA de Novela Policiaca.

Durísima resulta también una de las tramas secundarias de la obra de Winslow. Las tribulaciones de un pequeño, de nombre Nico, para abandonar el vertedero donde vive en Guatemala hacia los EEUU. Su periplo, montado en el techo de La Bestia, el tren que recorre Méjico en dirección a los estates, resulta demoledor.

La novela arranca con Keller, siempre en el punto de mira de los cárteles, siendo tiroteado en el National Mall de Washington. Allí volverá el autor tras casi mil páginas que tienen la virtud de hacerse cortas. Porque tras 20 años dedicado a esta trilogía Winslow alcanza en este último volumen una madurez que sabe trasladar al agente de la DEA, a sus relaciones con su mujer, que lleva bien visible en su cuerpo las cicatrices de la crueldad de los narcos, o a antiguos sicarios que han buscado un retiro entre las aguas calmas de un océano turquesa.

Art Keller, en guerra no solo con los cárteles, sino con su propio gobierno, aprenderá esta vez la última lección: que no hay fronteras, que el mal campa a sus anchas y que es imposible proteger a lo que amas de todos los diablos que hay fuera.

La saga: El ‘Zurdo’ Mendieta, un detective a lo mejicano

'Balas de plata'.
'Balas de plata'.

Cuando al Zurdo Mendieta lo dejó su gran amor pilló una chingada depresión que lo dejó para el arrastre. Pero como entre el amor y el odio sólo hay un paso, posiblemente esa rabia que siente contra los narcos de su país, Méjico, le mantuvo en pie. Nacido de la escritura siempre compleja de Elmer Mendoza, con diálogos imposibles en los que hay que poner los cinco sentidos, el Zurdo ha protagonizado hasta la fecha cinco aventuras: ‘Balas de plata’ (2008); ‘La prueba del ácido’ 2010); ‘Nombre de perro’ (2012); ‘Besar al detective’ (2015) y ‘Asesinato en el parque Sinaloa’ (2017). No son libros de una gran extensión, en torno a las 200 páginas no más, ni tantito se hacen pesadas, que dirían los cuates.

Odia a los narcos porque mataron a su mejor amigo y estuvieron a punto de acabar con su propia vida. Tiene 43 años y vive con su hermano. Siempre viste de negro, escucha a Herman’s Hermits, los Rolling, Santana, Chicago y no falta a la consulta del psicólogo para curar sus heridas, las viejas y las nuevas.

Su compañera es Gris Toledo, a la que reclutó para su causa cuando le colocó una multa de tráfico sin importarle que fuera agente de la Policía de Culiacán, en Sinaloa. En todo el meollo de la guerra contra el narcotráfico vaya. Si no le conocen es buena idea comenzar la saga por el principio.

Escena de 'Sed de mal', con Orson Welles y Charlton Heston.
Escena de 'Sed de mal', con Orson Welles y Charlton Heston.

‘Sed de mal’, un gran clásico y una obra maestra de Orson Welles

Más allá de ese plano secuencia con que arranca, convertido en motivo de culto para los cinéfilos, ‘Sed de mal’ (1958) es por derecho propio una de las mejores películas del género negro. Dirigida por Orson Welles, que reescribió el guión sobre una novela de 1956 de Whit Masterson, seudónimo de una sociedad de dos autores estadounidenses formada por Robert Allison Wade y H. Bill Miller, la cinta está protagonizada por el propio Welles en el papel de Quinlan, el corrupto jefe de policía estadounidense que no duda en fabricar pruebas falsas para acusar a un joven de haber colocado una bomba en el auto de un narco. El caso lleva al honrado Vargas (Charlton Heston) a investigar lo sucedido. Su mujer, Susan (Janet Leigh) caerá en las manos de los narcos de la frontera y tras ser drogada será usada contra él. Fantásticos los tres y sobre todo una memorable Marlene Dietrich en el papel de una enigmática gitana.

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