Tres meses del Prado en Cádiz
A las 20.00 se inaugura en la Casa de Iberoamérica 'Los objetos hablan', con obras de los grandes maestros españoles y europeos del Museo
Contemplar un retrato de Goya, bodegones de Meléndez, la pincelada de Sorolla o una de las inconfundibles Inmaculadas de Murillo. Disfrutar de la obra de grandes autores pertenecientes a las principales escuelas españolas y europeas del Museo del Prado es posible desde hoy en la Casa de Iberoamérica. Los objetos hablan es el título de la muestra que esta tarde a las 20.00 se inaugura en este espacio, gracias al convenio suscrito entre el Ayuntamiento de Cádiz, el Museo Nacional del Prado, La Fundación Cajasol y la Obra Social La Caixa. Un acto que será precedido con una conferencia inaugural con el mismo título, a cargo de Fernando Pérez Suescun, comisario de la exposición y jefe de Contenidos Didácticos del Área de Educación del Museo del Prado.
Hasta el 20 de septiembre podrá verse esta colección de 60 piezas firmadas por grandes autores como José Ribera, Diego Velázquez, Pedro Pablo Rubens, Luca Giordano, Jan Brueghel 'el Viejo' o Juan Carreño de Miranda. Una selección que según comentaba a este medio el director de la pinacoteca, Miguel Zugaza, permite adentrarse en sus salas de una forma transversal, desde diferentes ámbitos o escuelas.
Los objetos hablan, integrada por pinturas y objetos, ahonda de este modo en el sentido de los objetos como depósitos de la memoria individual y colectiva. Como cauce de información de las costumbres y creencias.Y es que todas las personas, independientemente de su origen geográfico y su marco cronológico, pueden reconocerse a través de los objetos que las han acompañado a lo largo de los tiempos.
Y en esto indaga la muestra, a través de las costumbres, creencias, circurstancias históricas y sociales del momento en que fueron utilizados, y a través de esta colección pictórica. De hecho, el objetivo de la exposición es plantear un diálogo entre sus visitantes y los objetos del Prado.
Los objetos hablan se articula así en torno a cuatro secciones temáticas denominadas La clave está en el objeto; Los objetos nos retratan; Un mensaje escondido y El coleccionismo, según figura en el catálogo de la muestra. En el primero de ellos, La clave está en el objeto, plantea una mirada en profundidad sobre algunas obras para descubrir que el objeto u objetos que aparecen en ellas son fundamentales para entender qué quiso transmitir el artista. En Los objetos nos retratan se presentan los objetos que definen a hombres y mujeres como indidivuos particulares o como miembros de una sociedad determinada. Los vestidos, accesorios o joyas como los que luce Isabel de Francia, reina de España, de Frans Pourbus, o los alimentos representados por Lusi E. Meléndez en un bodegón con alimentos. Continúa el recorrido con Un mensaje escondido, que invita al espectador a sumergirse en el mundo de los objetos simbólicos, que esconden una segunda lectura, más profunda, para comprender qué significa. Por citar un ejemplo, el toisón que aparece en el Retrato de Felipe II, de Anguissolla, o por qué Zurbarán representa a San Diego de Alcalá con flores en el regazo de su hábito. En la última sección de la exposición se aborda El coleccionismo a través de pinturas como La vista y el olfato, de Jan Brueghel el Viejo, o Estudio del pintor, de Ignacio León y Escosura, que plantea precisamente que el coleccionismo ha existido desde tiempos remotos, tanto por el placer que supone la posesión y disfrute de determinadas piezas, como por el prestigio que pueden otorgar.
La exposición se completa con una serie de objetos que con el paso de los años han perdido su utilidad y se han convertido en piezas de colección o de museo.
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