Un nuevo libro saca a la luz datos esenciales sobre la Explosión de 1947
José Antonio Aparicio realiza una profunda investigación sobre el estado de las minas que provocaron la tragedia hace 62 años · Su obra, que se presenta este viernes, es un homenaje a las víctimas
Todo comenzó como un homenaje a quienes sufrieron los efectos de la Explosión de 1947, cuando estallaron buena parte de las minas de la Base de Defensas Submarinas de Cádiz. Un homenaje a los más de 150 fallecidos y a los más de cinco mil heridos. Y también a quienes ayudaron día y noche en las tareas de recuperación de los cuerpos aplastados por las casas hundidas, a quienes atendieron a los enfermos en los hospitales y casas de socorro, a quienes dieron cobijo a las familias ya sin vivienda... Pero el primitivo relato fue creciendo hasta convertirse en una obra que, a punto de ser publicada, se va a convertir, sin duda alguna, en el referente esencial para quienes quieran conocer lo que pasó y por qué pasó en la noche del 18 de agosto de 1947.
El trabajo está firmado por José Antonio Aparicio Florido. Licenciado en Filología por la Universidad de Cádiz y máster en protección civil y emergencias, ya ha publicado varios artículos en Diario de Cádiz dedicados siempre a las víctimas de la Explosión mientras que en internet se puede leer un exhaustivo estudio biográfico de los más de 150 fallecidos en esta tragedia.
La calidad de este último trabajo ya ponía sobre la pista la seriedad con la que Aparicio afrontaba un libro que, en un principio, se planteaba como un recuerdo a las víctimas y que ha acabado por convertirse, también, en una profunda investigación de las causas que provocaron la tragedia, los responsables y sus consecuencias.
'La noche trágica de Cádiz. Testimonios inéditos de la Catástrofe de 1947', editado por la Diputación Provincial, se presenta el próximo viernes en el palacio de la plaza de España.
La historia de la ciudad ha generado desde hace siglos una rica y extensa bibliografía en la que curiosamente ha quedado siempre relegado el triste episodio del 18 de agosto de 1947, del que apenas se ha publicado un libro editado con motivo de su cincuenta aniversario y que agotó sus dos ediciones. Por todo ello, era necesaria esta obra. Y José Antonio Aparicio ha sabido dar una respuesta de calidad en el contenido, sobriedad en la utilización de las fuentes, buena parte de ellas inéditas, destreza en la utilización del lenguaje y emoción allí donde relata las vidas de quienes resultaron muertos en la catástrofe y de sus familiares más directos. Los relatos de los supervivientes aún estremecen a pesar del tiempo pasado. Relatos sembrados de un profundo cariño que se refleja línea a línea en el texto de Aparicio
El investigador gaditano ofrece de esta manera un documento que apasiona y que, aunque ofrece una parte de la historia ya conocida, sabe trasladarnos a aquella nefasta hora y a las siguientes como si las estuviésemos viviendo: la luz roja del cielo, los cristales rotos, la intervención clave de Pascual Pery, la gente buscando cadáveres bajo las ruinas de Puerta de Tierra, los equipos sanitarios volcados en la asistencia, la llegada de los ministros, el entierro, la investigación militar...
Pero junto a ello, el libro aporta elementos inéditos que le permiten elaborar una teoría sobre las causas de la explosión de las minas, que el autor y su colaborador en este capítulo, Miguel Ángel López, denominan como 'Teoría de la Nitrocelulosa', que evidencia la dejación de la Marina durante los años previos a la catástrofe a la hora de mantener en plena ciudad unas instalaciones en nada preparadas para la función que se les había dado. No es cuestión aquí de destripar lo expuesto por los dos investigadores, pero la documentación sobre la que se basa el análisis es inédita, localizada por José Antonio Aparicio en sus dos años de búsqueda y que se exponen al lector, a pesar de ser una materia técnica muy complicada, con la suficiente claridad como para hacerla comprensible a quienes son ajenos a la misma.
Como era de esperar Aparicio no da pábulo a otras teorías que ven la mano terrorista como causante de la explosión y en especial a aquellas que hablaban de experimentos nazis en el astillero y no duda en corregir, siempre de forma acertada y apoyada en datos, errores localizados en otros estudios sobre este acontecimiento.
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