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Olivier Messiaen entre el cielo y la tierra

Mapa de Músicas | Olivier Messiaen. Novedades discográficas

Después de algunos años de cierto eclipse, el nombre de Messiaen vuelve a refulgir en el mundo de los conciertos y de los discos por el 75 aniversario del estreno de la Sinfonía Turangalîla

Olivier Messiaen (Aviñón, 1908 - Clichy, 1992) / D. S.
Pablo J. Vayón

02 de febrero 2025 - 07:05

El mundo de la música suele a veces ser caprichoso con los mitos. Y Olivier Messiaen (Aviñón, 1908 – Clichy, 1992) es sin duda una de las figuras míticas de la música del siglo XX. Autor de una obra de una personalidad desbordante, que se presta mal a las clasificaciones y las reducciones, murió en 1992 en loor de santidad, y fue enseguida elevado al panteón de los más grandes, para convertirse durante años en pilar de las más prestigiosas compañías de discos y de las mejores salas de concierto. Pero poco después de las celebraciones por su centenario en 2008, sin desaparecer nunca del todo, por supuesto, dejó de estar de moda, y aunque algunas de sus obras seguían presentándose con frecuencia, su nombre pareció quedar postergado. Pues bien, hay señales de que la ola de la moda vuelve a favorecerlo, y el universo fonográfico está aquí para remarcarlo.

Traigo en concreto dos grabaciones de intérpretes de primerísimo nivel, en la cumbre de su fama, acogidas por compañías también prestigiosísimas, grabaciones en las que Messiaen es recordado a través de una de sus partituras más monumentales y emblemáticas, pero también en piezas intimistas, mucho menos oídas.

La religión y los pájaros. Cualquiera que conozca superficialmente al compositor, lo identificará con estas preocupaciones, sin duda, esenciales, a la hora de acercarse a su música, pero Messiaen es mucho más que eso. Partiendo en buena medida de la herencia neoclásica en la que se formó, pero sin olvidar a Debussy, Messiaen fue capaz de crearse su propio mundo sonoro, en el que el color y el ritmo adquieren dimensiones por completo nuevas. El primero de sus modos de transposición limitada, el sistema que creó para desviarse tanto de la tonalidad tradicional como del dodecafonismo schoenbergiano, no era otra cosa que la escala de tonos enteros (puro Debussy). En realidad, Messiaen siempre fue un cabo suelto de las vanguardias, a pesar de que ejerció sobre todas ellas una influencia muy notable. No debe olvidarse que uno de sus Cuatro estudios de ritmo“Modos de valor e intensidad”– compuesto en Darmstadt en 1949, fue el punto de partida del serialismo integral, la corriente dominante en la música contemporánea europea durante décadas. Messiaen no le dio mayor importancia, y siguió su propio camino.

Fue aquel mismo año cuando se estrenó la Sinfonía Turangalîla, un encargo de Serguéi Kusevitski para la Orquesta Sinfónica de Boston, aunque el día de la presentación (el 2 de diciembre de 1949), enfermo Kusevitski, quien se puso al frente del conjunto bostoniano resultó ser un joven Leonard Bernstein. En esta obra colosal en diez movimientos, que tuvo ocupado al compositor entre 1946 y 1948, Messiaen recurre a formas rítmicas de la India para una representación singular del amor. “Es una canción de amor”, dijo el propio Messiaen, una canción de amor que dura más de 70 minutos y requiere un contingente instrumental que pasa del centenar de músicos, con un piano solista y el empleo de unas ondas martenot, un instrumento electrónico que aparecería en otras de sus obras. El propio compositor recalcó siempre que tuvo ocasión que la Turangalîla formaba parte de un tríptico sobre el mito de Tristán e Isolda, junto al ciclo de canciones Harawi (1945) y el coral Cinq rechants (1948). En cuanto al título, parte del sánscrito en la unión de “Turanga”, que significa tiempo desde el punto de vista rítmico, y “Lîla”, que es juego. Messiaen iba más allá y dejó escrito que el término “puede traducirse libremente como canción de amor e himno a la alegría, el tiempo, el movimiento, el ritmo, la vida y la muerte”. Todo muy en consonancia con sus pretensiones místicas y su continua celebración del cosmos y de la naturaleza.

Olivier Messiaen con Leonard Bernstein en vísperas del estreno de la Sinfonía Turangalîla / Yvonne Loriod

Coincidiendo con el 75 aniversario del estreno de la Turangalîla, a principios de diciembre pasado, el sello Deutsche Grammophon publicó un nuevo registro de la obra por la Sinfónica de Boston, que dirige su titular, el letón Andris Nelsons, entrega la virtuosística parte del piano a la china Yuja Wang y pone las ondas martenot en las manos de la francesa Cécile Lartigau.

En 1932 Messiaen se había casado con la violinista Claire Delbos, a la que cariñosamente llamaba Mi. En 1936 compuso un ciclo dedicado a la esposa: son les Poèmes pour Mi, nueve canciones para las que escribió tanto los textos como la música, primero en una versión con acompañamiento pianístico que luego orquestó. Influenciado por los ritmos de la música india y griega antigua, Messiaen utiliza en la obra patrones irregulares y asimétricos que dan a la música una sensación de fluidez y atemporalidad, que se funde con las armonías estáticas. En 1937, nació el único hijo de la pareja, Pascal, y Messiaen, emocionado, creó otro ciclo de canciones para los tres, los Chants de la terre et de ciel, seis piezas con dedicatorias impulsadas por el amor, la alegría y el fervor religioso de su autor. Estos dos ciclos no dejan de ser conmovedores si se atiende al proceso de degradación mental que sufrió Claire Delbos y que, después de una desgraciada operación en 1943, terminó con ella en un manicomio hasta su muerte en 1959. 

Olivier Messiaen junto a su hijo Pascal / D. S.

La soprano y directora canadiense Barbara Hannigan se ha reunido con el gran pianista francés Bertrand Chamayou para esta grabación referencial de ambos ciclos en el sello Alpha, que completan con una obra anterior, acaso menor, del compositor, La Mort du nombre (1929), un diálogo entre dos almas al que se unen el tenor también canadiense Charles Sy y la violinista noruega Vilde Frang.

Messiaen. Turangalila. BSO. Nelsons. Wang. Lartigau | DG

La ficha

Olivier Messiaen (1908-1992): Sinfonía Turangalîla [1949]

Yuja Wang, piano

Cécile Lartigau, ondas martenot

Orquesta Sinfónica de Boston

Director: Andris Nelsons

Deutsche Grammophon

EL CD EN SPOTIFY

Messiaen. Barbara Hannigan & Bertrand Chamayou | Alpha

La ficha

Olivier Messiaen (1908-1992)

Chants de terre et de ciel [1938]: I. Bail avec Mi (pour ma femme) / II. Antienne du silence (pour le jour des Anges gardiens) / III. Danse du bébé-Pilule (pour mon petit Pascal) / IV. Arc-en-ciel d’innocence (pour mon petit Pascal) / V. Minuit pile et face (pour la Mort) / VI. Résurrection (pour le jour de Pâques)

Poèmes pour Mi [1936-37]: I. Action de grâces / II. Paysage / III. La maison / IV. Épouvante / V. L’épouse / VI. Ta voix / VII. Les deux guerriers / VIII. Le collier / IX. Prière exaucée

La mort du nombre [1929]

Barbara Hannigan, soprano

Bertrand Chamayou, piano

Charles Sy, tenor; Vilde Frang, violín (en La mort du nombre)

Alpha

EL CD EN SPOTIFY

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