Los papeles de Juan Sin Tierra
Literatura
Almed publica el segundo volumen de las 'Obras completas' de Blanco White, que recoge los artículos publicados en los primeros números de 'El Español'
Dos años después de publicar el primer volumen de las Obras completas de Blanco White, la editorial granadina Almed, auspiciada por el inquieto director de la Fundación El legado andalusí, Jerónimo Páez, da a conocer la segunda entrega de un proyecto monumental y absolutamente necesario que merece la mejor de las acogidas. Como explicaba Fernando Durán en su imprescindible ensayo biográfico José María Blanco White o la conciencia errante (2005), hace ya algún tiempo que la figura del escritor y sacerdote sevillano ha sido rescatada del olvido interesado o la condena sin paliativos en que lo sumieron los campeones de la ortodoxia, una recuperación favorecida por los estudios pioneros de Vicente Llorens y la temprana reivindicación de Juan Goytisolo. De este modo, en las últimas décadas, los trabajos de Antonio Garnica -editor general de estas Obras completas-, Manuel Moreno Alonso, André Pons o Martin Murphy, entre otros, han logrado revertir la situación hasta el punto de que Blanco White es hoy, como afirmaba Durán, uno de los literatos que mejor se conoce y acaso el más editado de su generación.
Pero Blanco escribió miles y miles de páginas, recogidas en libro o dispersas por los periódicos de la época, y este ingente corpus bibliográfico precisaba ser reunido en una edición completa y rigurosa que los editores han puesto al cuidado del mencionado profesor Garnica, veterano experto en la obra de Blanco White, benemérito traductor de su Autobiografía y de las Cartas de España. Porque a pesar del relativo éxito editorial de estos y otros títulos del autor, buena parte de la obra de Blanco sigue o seguía fuera del alcance del gran público, siendo así que su interés histórico y literario, su actualidad y su vigencia justifican con creces un proyecto en verdad ambicioso que se prolongará por espacio de años. Hace dos que, de la mano de Garnica y Raquel Rico Linaje, vio la luz el volumen que recogía los artículos publicados en el Semanario Patriótico, escritos (el año que viene hará dos siglos) por Blanco e Isidoro Antillón, con el que se abría el primero de los cuatro bloques (político, literario, religioso y biográfico) en que los editores han dividido la obra del gran escritor y ensayista. Ahora, después de haber puesto a disposición de los lectores estos textos fundacionales del liberalismo en España, publicados por el primer periódico que siguió entre nosotros la libertad de prensa, incluso antes de que fuera formalmente promulgada, le toca el turno a la primera de las cuatro entregas que recogerán las colaboraciones en El Español de Londres, un periódico mensual que entre los años 1810 y 1814 siguió desde fuera acontecimientos decisivos para la historia de la nación como la guerra contra los franceses, el proceso de independencia de las colonias de ultramar o la preparación y el desarrollo de las Cortes de Cádiz.
De nuevo en edición del propio Garnica, al que acompañan los profesores Portillo Valdés y Vallejo Fernández de la Reguera, el volumen recoge los tres primeros números de la revista, correspondientes a los meses de abril, mayo y junio de 1810, lo que quiere decir que aquélla se puso en marcha tan sólo un mes después de la llegada de Blanco a Inglaterra. Un esfuerzo formidable, dado que Juan sin Tierra, que así firmaría sus Cartas de El Español, se ocupaba de la composición, redacción y traducción de todos sus contenidos, incluyendo las tareas editoriales propiamente dichas. Hay que felicitar, así pues, a los editores por rescatar este valiosísimo documento que apenas podían consultar, en sitios contados, los investigadores, porque estamos ante unas páginas imprescindibles para entender una hora crucial en la lenta, problemática, dubitativa y finalmente abortada transición del antiguo régimen al liberalismo. "De nada necesita España tanto como de ingleses españolados, y de españoles inglesados, en las circunstancias presentesý", escribe Mr. White. Cambiando lo que deba cambiarse, podríamos hoy repetir lo mismo.
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