Las esculturas halladas por la Policía eran del Monumento del Jueves Santo
Cultura
En el lote que acompañaba a los cuatro ángeles de La Roldana había dos ángeles de Giscardi, la imagen de un profeta de Laboria o Ruiseco y fragmentos sueltos de las obras
Las esculturas recuperadas por la Policía Nacional junto a los cuatro ángeles de la Roldana que habían desaparecido de los almacenes de la Catedral de Cádiz pertenecían también al Monumento Eucarístico del Jueves Santo y se encontraban, por tanto, depositadas en las estancias del primer templo de la ciudad. Esta es una de las conclusiones del informe técnico elaborado por la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía y que ayer fue dado a conocer a los medios en el Museo de Cádiz. La primera impresión de los técnicos es que sobre estas piezas no se ha actuado durante el tiempo en que han estado fuera de la Catedral.
En concreto, se trata de la escultura de un profeta cuya autoría atribuyen los técnicos a los artistas Pedro Laboria o Vicente Ruiseco -uno de los dos o incluso ambos conjuntamente- y que se ha datado hacia el año 1781, y también de las imágenes de dos ángeles, no completos, del mismo año y que son obras de Domenico Giscardi. Al mismo tiempo, se han hallado varios fragmentos sueltos, como alas, manos y antebrazos, de los que aún se desconoce si son piezas pertenecientes a los ángeles del escultor de la escuela genovesa.
Este informe técnico fue hecho ayer público en el Museo de Cádiz. El delegado territorial de Cultura, Daniel Moreno, y el director del Museo, Juan Ignacio Vallejo, fueron los encargados de comunicar los primeros resultados de este estudio que el propio Vallejo junto a una restauradora realizaron en las dependencias de la Comisaría a principios de esta semana, cuando las cuatro Roldanas fueron entregadas a la Policía y el resto de piezas se decidió que fueran depositadas en el museo hasta confirmar su procedencia.
Ahora ya se sabe que las esculturas formaban parte del Monumento del Jueves Santo, un conjunto artístico efímero que se instalaba en Pascua en la Catedral Vieja, en Santa Cruz, en una tradición que posteriormente se trasladó a la nueva seo y que se mantuvo hasta los años 70 del siglo pasado.
Para este monumento encargó expresamente el cabildo catedralicio ocho ángeles a La Roldana en 1686. Y un siglo más tarde fueron los escultores Laboria, Ruiseco y Giscardi los elegidos.
Así, entre las piezas ayer mostradas en el Museo de Cádiz destaca una escultura de 153 centímetros de altura, la obra atribuida a Laboria y/o Ruiseco, que los técnicos estiman que es uno de los ocho profetas que formaban parte del monumento eucarístico. Según el informe, "se trata de una escultura de madera de cedro y pino tallada con vestimenta textil en frágil estado de conservación. Tanto las vestimentas como las zonas de madera expuestas mantienen restos de policromía blanca".
Y después están las dos esculturas de busto redondo, no completas, que se han identificado como dos de los ángeles que coronaban el monumento y que fueron realizados por Giscardi.
El resto de piezas viene ser como un puzzle escultórico desmontado: cuatro alas de ángel, dos antebrazos derechos con manos, un brazo izquierdo completo, un antebrazo izquierdo con mano, dos mitades inferiores de pierna izquierda y dos mitades de pierna derecha. Fragmentos que un estudio posterior tendrá que determinar si pertenecen o no a los ángeles de Giscardi.
Cuatro citas en el informe: tres son de Sánchez Peña
El informe técnico de Cultura tiene cuatro citas a pie de página, y tres de ellas pertenecen a escritos y estudios del restaurador gaditano José Miguel Sánchez Peña, cuya denuncia pública levantó este extraño caso de patrimonio perdido que acabó con una denuncia del Obispado ante la Policía y con la recuperación de las cuatro esculturas de La Roldana y también, como si de un premio adicional se tratara, de las esculturas de Giscardi, Laboria y Ruiseco. Un caso que debe hacer pensar a todos pero primero a la Iglesia, encargada de custodiar las obras de arte que tenía en depósito. El delegado Daniel Moreno dijo ayer que desde Cultura "no se puede estar vigilante de cada pieza que se encuentra en depósito", e insistió en abrir cauces de coordinación para evitar estas fugas patrimoniales.
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