Un amor tan muerto al llegar...

'La primera cita' del director Jesús Ponce en Multicines El Centro

‘La primera cita’, la última película del realizador sevillano Jesús Ponce que se preestrenó este martes en los Multicines El Centro, llega al cine gaditano el próximo viernes

El realizador Jesús Ponce (en el centro) y el actor y coordinador de la Escuela de Cine de la UCA, Bruto Pomeroy (a la derecha) conversan con algunos espectadores antes de la proyección de 'La primera cita'.
El realizador Jesús Ponce (en el centro) y el actor y coordinador de la Escuela de Cine de la UCA, Bruto Pomeroy (a la derecha) conversan con algunos espectadores antes de la proyección de 'La primera cita'. / Jesús Marín

Cádiz/El plano pasa de largo rápido, ¿quizás dura un par de segundos?, pero diría que es la carátula de la película Siempre hay tiempo la que Isabel toma entre sus manos... Tampoco importa mucho porque será Muerto al llegar la que verá, una y otra vez, a la hora de almorzar desde ese maldito día para desesperación del teniente Haro. “¿Tú que harías en esa situación? ¿Qué harías si sabes que la vida se te está yendo?”, interrogará el impaciente, implacable e inflexible marido a la esposa a la que acaban de diagnosticar un alzheimer precoz. “¿Yo? No sé, vivir, recordar, perdonar...”

No es el momento central de La primera cita, seguro que tampoco es el más conmovedor del último filme del sevillano Jesús Ponce, pero esa simple escena doméstica donde, por primera vez, se cuela la rareza de que el personaje interpretado por Sebastián Haro se interese un poco por las emociones de su mujer (Isabel Ampudio), se nos antoja como la pequeña rendija por la que comienza a entrar, para él, la luz sobre sus propios actos; y, para ella, el aire y algo parecido a la felicidad.

Porque La primera cita, que este martes tuvo su premiere para prensa y que el próximo viernes llegará a los Multicines El Centro, es una historia no sobre el alzheimer, no, sino sobre esos otros dolorosos golpes perpetrados por el maltrato cotidiano que no conlleva violencia física.

Quizás sobre el perdón, sobre la redención... “Eso queda a gusto del espectador, habrá quien perdone a Sebastián, habrá hasta quien lo justifique, yo no, desde luego, pero he intentado no juzgar a ninguno de ellos, simplemente, he contado una historia...”, explica Ponce en el encuentro con la prensa posterior a la proyección de la película rodada “en dos semanas” entre Sevilla y Matalascañas.

Una historia que ocurre, una y otra vez... Isabel, hija de militar, mujer de militar, vive entre las leyes castrenses y marciales de su marido, el teniente Haro, que la somete a todos y cada uno de los atropellos de la violencia machista sin tener que levantarle una mano y que parece sólo sentir emoción “por la bandera de España”, como le reprochará su esposa en alguna ocasión.

Sin embargo, Sebastián Haro tendrá la oportunidad de redimirse (o no) en el momento en que llega a conocer de verdad a su mujer cuando la enfermedad, el alzheimer precoz, provoque que la vida presente y pasada de Isabel se entretejan en sus reacciones y conversaciones sacando a la luz sus sentimientos y, sobre todo, sus secretos.

“Esto no es un documental sobre el alzheimer, no es que exista un rigor sobre esta terrible enfermedad sino que es un recurso que usamos como dramáticamente conviene a la película aunque hay que decir que Isabel Ampudio sí que se ha documentado y trabajado con personas que padecen esta enfermedad para preparar su papel”, explica el director sobre la actriz con la que ha trabajado en todas sus películas.

“De hecho –confiesa– mi primera película la escribí para ella. Realmente solemos ser el mismo equipo porque al no ser una gran producción a nivel de recursos necesitamos una implicación mayor de todos los participantes, aunque se cumple rigurosamente el convenio en cuanto a horarios, sueldos... Pero aquí no se puede venir con ínfulas de artistas, vamos al rodaje en nuestros coches, comemos juntos, pasamos mucho tiempo juntos... Y creo que hemos conseguido que todos los que estamos funcionamos bien en ese sentido”, asegura el autor de 15 días contigo, donde ya contó con Ampudia y Haro, y que en su nueva película dirige también a Víctor Clavijo (médico militar), Bruto Pomeroy (compañero del teniente Haro) y Mercedes Hoyos (la dueña de la whiskería donde los militares van a despejarse).

El teniente Haro, en su afán tardío por ocuparse de su mujer, le hace a Isabel el desayuno. El segundo desayuno porque el primero, por no saber ni hacer una tostada, se ha quemado, como este matrimonio suyo, todo cenizas por no haber sabido querer. Porque esta clase de amor, asfixiante, egoísta, capador, está tan muerto al llegar que ni es un fantasma cuando se va. ¿Habrá para él purgatorio...?

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