"Si hubiera querido lucrarme, las hubiera vendido hace 10 años"
Jesús Romero Montalbán dice que vive una "pesadilla" por su implicación en el caso y desmiente que fueran halladas en su casa
Jesús Romero Montalbán, empresario chiclanero, mostraba ayer su sorpresa por el "revuelo" que se ha formado con la aparición de las cuatro esculturas de la artista sevillana Luisa Roldán, La Roldana (1652-1706) y quiso aclarar que en ningún momento quiso sacar provecho económico de estas figuras. "No me dedico a la compraventa de piezas de arte y si hubiera querido lucrarme con las Roldanas las hubiera vendido hace ya diez años". Su implicación en "esta pesadilla", como él lo denomina, parte hace 15 años cuando pertenecía a la Hermandad Humildad y Paciencia y contacta con el tallista de San Fernando Juan Carlos García para la construcción de un nuevo paso para dicha cofradía. Según relata, el propio escultor isleño fue el que le habló de esas imágenes años después y le dijo que eran tallas "inservibles y por eso me las trajo a mi casa". Romero Montalbán se define como un investigador de Chiclana y apasionado por el arte. Así, no puso pegas a García para que las figuras estuvieran en su vivienda, "sin darle mayor importancia", asegura. "En un cuartillo de mi casa, donde incluso tengo figuras de belenes, quedaron arrumbadas y llenas de polvo tres de las esculturas sin echarles cuenta y sin conocer siquiera que se trataban de las Roldanas. Allí estuvieron una década". En cualquier caso, el empresario e investigador cuenta que quiso darle años después utilidad a esas tallas con su colocación en la capilla del Sagrario de la Iglesia Mayor, parroquia de la que fue nombrado comisario con motivo de su segundo centenario. "Esto también demuestra que no mi intención no era la de lucrarme, sino que fueran a una iglesia de mi ciudad".
Según Romero Montalbán, la denuncia pública del restaurador José Miguel Sánchez Peña sobre las desaparición de las Roldanas, encendieron las luces de alarma al darse cuenta, tanto él como el escultor de La Isla, que las figuras que poseía eran de la artista sevillana. "En ese mismo instante, me dirigí al párroco de la Iglesia Mayor para darle a conocer este asunto, pero con tan mala suerte que no estaba en Chiclana.
Entonces llamé a Juan Carlos García y los dos estuvimos de acuerdo que había que devolver las esculturas cuanto antes". Así, el empresario las llevó al taller de La Isla "y ya me desentendí de ellas para que Juan Carlos hiciera las gestiones oportunas con el Obispado para su devolución". Romero insiste en que no tiene nada que ocultar sobre este asunto, que esta misma versión fue la que contó ante la Policía el día en que fue llamado a declarar y que actuó "en el minuto uno" tras la denuncia pública del restaurador. Incide en que desconocía el valor de las piezas y que su única culpa ha sido "tener las figuras en mi casa" y confía en que este "mal sueño" acabe cuanto antes porque le está perjudicando a nivel personal y profesional. "Todo esto me deja traspuesto ante este sin sentido del que espero no tengo más recorrido", apostilla.
Romero Montalbán es actualmente vicepresidente de la Asociación de Empresarios de Chiclana y una persona muy ligada al mundo cofrade chiclanero. Fue presidente del Consejo Local de Hermandades, perteneciente a la junta de la Hermandad Humildad y Paciencia, así como pregonero de la Semana Santa de Chiclana.
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