Las raíces más gaditanas de Falla

Festival de Música Española de Cádiz

Hasta el 28 de noviembre se puede visitar en la Casa Pinillos la exposición ‘Cádiz en Manuel de Falla. Una vida atlántica’, una muestra comisariada por José Ramón Ripoll

José Ramón Ripoll, ante cuatro serigrafías de Manuel de Falla dirigiendo una orquesta en Argentina.
José Ramón Ripoll, ante cuatro serigrafías de Manuel de Falla dirigiendo una orquesta en Argentina. / Jesús Marín

La universalidad de Manuel de Falla es una de las características más destacadas de su genio musical. Y de su propia vida. El compositor fue de allá para acá, vivió en muchas ciudades a las que le llevó a veces el destino, a veces su propia necesidad vital y creativa, pero nunca renunció a sus raíces; jamás olvidó el escenario de su niñez, la luz, el aire y los sonidos que fueron conformando su personalidad humana y artística. Falla fue un gaditano en el mundo, una figura atlántica en cuyas partituras se va repartiendo aquella indeleble y eterna influencia de su ciudad natal, sus raíces. A pocos días de que comience el Festival de Música Española de Cádiz (que desde hace unos años añade el nombre del compositor como subtítulo), la Casa Pinillos de la plaza Mina acoge ya la exposición Cádiz en Manuel de Falla. Una vida atlántica, una suerte de acercamiento a ese gaditanismo que persiguió voluntariamente a Falla durante toda su significativa existencia.

José Ramón Ripoll, musicólogo, poeta y profundo, muy profundo, conocedor de la vida y la obra de Manuel de Falla, es el comisario de esta muestra que, precisamente, se expone en la manzana opuesta a la casa en la que el compositor nació hace casi 145 años.

Y es Ripoll quien nos guía en esta selecta y diáfana exposición que se marca como objetivo principal ahondar en la fuerte presencia de Cádiz en un músico tan universal, con especial atención a sus primeros años de vida pero también a todos aquellos momentos en los que, aun lejos de su tierra, Falla no pudo olvidar que sus raíces eran tan profundas como la frondosa arboleda que verdea y da esplendor a su plaza natal.

Las tres fotografías reproducidas en tamaño grande sobre la visita de Falla al islote de Sancti Petri.
Las tres fotografías reproducidas en tamaño grande sobre la visita de Falla al islote de Sancti Petri. / Jesús Marín

La exposición es, desde luego, la suma de muchas voluntades, lo que siempre suele ser sinónimo, si la armonía es la protagonista, de excelentes resultados: la FundaciónArchivo Manuel de Falla de Granada, el ya citado Festival de Música Española de Cádiz Manuel de Falla (que organiza la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía), la Real Academia Provincial de Bellas Artes de Cádiz, la Diputación Provincial de Cádiz y el Museo de Cádiz.

En este caso, la confluencia de entidades públicas y privadas no desafina.La orquesta funciona y cada instrumento aporta su particularidad para que la batuta del comisario Ripoll armonice el conjunto y del resultado nazca esta muestra sencilla en su base pero reveladora, una vez más, de los lazos que Cádiz y Falla cosieron en vida del músico.

Una exposición que nace con la intención no garantizada de perdurar más allá del 28 de noviembre, la fecha elegida para clausurar el festival y, por tanto, para cerrar las puertas de la Casa Pinillos a esta muestra. Una pena porque el objetivo, planteado el año pasado desde las entrañas culturales del gobierno autonómico, era que este edificio anexo al Museo de Cádiz acogiera de manera permanente un espacio dedicado a Falla. La voluntad existe, pero el camino administrativo, ya se sabe, está lleno de vericuetos burocráticos que dificultan una rápida llegada al destino final. Nada que no se pueda solucionar, visto desde fuera y desde las ganas de que Cádiz cuente con Falla para siempre, con la vista puesta en el horizonte del 150 aniversario del nacimiento del compositor, una celebración que el calendario reserva para dentro de cinco años.

El retrato de Manuel de Falla dibujado por Hernán Cortés.
El retrato de Manuel de Falla dibujado por Hernán Cortés. / Jesús Marín

Pero mientras llega esa fecha redonda, la ciudad puede disfrutar este mes de este completo acercamiento a la figura gaditana, pero también a la universal, de Manuel de Falla. La exposición, la tercera que en el marco del festival se encarga de comisariar José Ramón Ripoll –responsable también de otras muestras sobre Falla sin vínculos con el certamen de música–, se nutre fundamentalmente de los fondos del Archivo Manuel de Falla de Granada, esa joya documental que Maribel de Falla, sobrina del compositor, se encargó de armar y que custodia y da a conocer con el mismo empeño su hija, Elena García de Paredes, sobrina nieta del genio gaditano. Otras piezas proceden de exposiciones anteriores realizadas sobre Falla en la Diputación Provincial.

Como el mural que abre la muestra y que se compone de reproducciones en gran tamaño de tres fotografías con la visita de Falla, acompañado por Pemán, al islote de Sancti Petri cuando los sones de su inconclusa obra, La Atlántida, resonaban solo en su cabeza. Y también un retrato del compositor dibujado por otro genio gaditano, Hernán Cortés, un dibujo a partir de una fotografía cuya introspectiva, como en todos los retratos del pintor, resulta inigualable.

La primera sala se completa con otros retratos y un busto de Falla, obra de Vassallo, y con el colorido mural portátil que Herminio Molero ideó en 1993 con la central figura de Falla a quien acompañan personas que tuvieron influencia en su vida y su obra: Lorca, la Argentinita, Felipe Pedrell, su inseparable hermana Carmen Falla,Stravinsky, Picasso, Albéniz, Debussy...

Una de las salas de la exposición en la Casa Pinillos.
Una de las salas de la exposición en la Casa Pinillos. / Jesús Marín

La segunda sala está integrada por una cuidada selección de fotografías que revela esa relación entre Falla y Cádiz. Son reproducciones del fondo documental del Archivo granadino con imágenes, unas más conocidas que otras, que configuran, sobre todo, el armazón del primer Falla. Entre ellas, Falla bebé con su cuidadora La Morilla, de la que oyó las primeras nanas; retratos del padre y la madre de Falla; una imagen familiar de 1890 en una finca de Puerto Real; un retrato de Falla con 14 años; otro de Eloísa Galluzo, su primera profesora de piano tras las incipientes enseñanzas recibida de su propia madre; un adusto retrato de Francisco de Paula, confesor y director espiritual del siempre religioso Falla; el músico disfrazado de hugonote en 1883; una foto de 1917, ya en Madrid, junto a Rubinstein y Pastora Imperio; otra de 1926, en una venta de Sevilla, con el pintor Juan Lafita; imágenes de su nombramiento en 1926 como Hijo Predilecto de Cádiz; una más, esta vez en el jardín de su casa de Granada, con Lorca, Francisco el hermano del poeta, la hermana de Falla y la clavecinista polaca Wanda Landwoska; una de las visitas de Pemán a Falla en Granada, la de 1937 en plena Guerra Civil; diversas imágenes de Falla ya en Argentina, entre ellas una en la que aparece en Alta Gracia con Alberti y el laudista Paco Aguilar, y la llegada del féretro del compositor a Cádiz, en enero de 1947 dos meses después de morir en Argentina, y del cortejo fúnebre por San Juan de Dios camino de la catedral.

También integran la exposición un cartel de uno de sus primeros conciertos en la Academia de Santa Cecilia (calle Sacramento) o el teatrillo de juguete en el que Falla de niño comenzaba a imaginar sus primeras creaciones.

La exposición se completa con diversos textos de Ripoll, del propio Falla, Pemán, Juan Ramón Jiménez, Rubinstein, Jaime Pahissa o Alberti, con un breve fragmento de su Arboleda perdida: “Entro, por primera vez, en la catedral, que me recuerda mucho la iglesia de La Salute en una punta del canal de Venecia. Un intenso y chorreante olor a humedades marinas me recibe (...). Desciendo luego a la cripta, que se halla bajo el nivel del mar, donde se encuentra el mausoleo de Manuel de Falla, otro gran andaluz universal (...). Y ahora se halla aquí, en esta profundidad de Cádiz, rodeado de peces agitados que le inquietarán el sueño”.

Bellas Artes, la Academia “encantada” de estar en Pinillos

Durante la visita a la exposición sobre Falla en la Casa Pinillos, el comisario José Ramón Ripoll está acompañado por José María Esteban, presidente de la Real Academia Provincial de Bellas Artes de Cádiz a la que también pertenece Ripoll. La entidad, una de las impulsoras del proyecto para que Manuel de Falla cuente con un espacio permanente en Cádiz, fue también noticia durante la presentación del Festival de Música Española porque un concierto del día 23 cuenta con su colaboración y porque se anunció que se iba a trabajar para que la Casa Pinillos acogiera la sede de la entidad, actualmente fuera de su ubicación por las deficiencias del ala del Museo de Cádiz en el que está su sede. Para Esteban, el anuncio es una “magnífica noticia; estamos encantados, y no nos importaría trasladarnos incluso de forma no provisional. Agradecemos el empeño de Cultura”.

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