Las raíces de la vida

Hacía ya una larga temporada que no teníamos noticias sobre este autor, que nos emocionó a todos con sus anteriores obras, Adios, Chunky Rice, Blankets, Habibi. Sin embargo, tras la juvenil Albóndigas del espacio, llegó ese momento de volver a enfrentarse a la hoja en blanco, y las ideas no llegaban, sumiendo a Thompson en un estado cercano a la depresión que se vio aumentado por un problema físico, una enfermedad degenerativa que le afecta a su mayor instrumento como dibujante, su mano derecha…

Con todo este peso sobre sus espaldas regresará a ese hogar que tan bien nos describió en Blankets, y del que escapó, dejando atrás a unos padres ultra religiosos, algún que otro maltrato físico y, un hecho que hasta ahora no conocíamos.

El trabajo era algo primordial en la educación de los jóvenes Craig y su hermano Phil, así que ambos trabajaron durante largas temporadas en los campos de ginseng, ya que, por increíble que parezca, su pequeño pueblo, Marathon, sito en Wisconsin, ha sido durante muchos años el mayor productor mundial de esta planta (o mejor dicho, raíz, que es donde guarda sus propiedades).

Y justo con su regreso a estas tierras que le vieron crecer nace en su cabeza un proyecto que le llevará tiempo y esfuerzo. Llevar a las viñetas, tanto su personal relación con estos cultivos, como un viaje a través del tiempo y la geografía mundial para explorar, en ocasiones junto a su hermano Phil, el origen del shen, el ginseng, realizando entrevistas, visitando países como China, Corea, Taiwan…

Además, esta no es solo su historia y la de su hermano, sino que por fin conoceremos a un miembro de la familia que en Blankets había sido 'borrado', pasando a su lado como si nunca hubiera existido. Se trata de su hermana Sarah, cuyo carácter tímido y apocado, probablemente fruto de la estricta educación a la que fueron sometidos en su infancia, tendrá sus momentos de protagonista en esta apasionante historia.

Vamos a conocer a algunos vecinos del lugar, esforzados trabajadores que han dedicado su vida al ginseng, como Chua Vang y su padre, Abraham, del cual conoceremos su historia en Vietnam, un conflicto bélico que le marcó de por vida.

Pero esta novela gráfica, además de todo lo expuesto anteriormente, es una deuda a pagar con los padres de Craig, a los que la vejez ha convertido en dos apacibles ancianos, que siguen teniendo profundas creencias religiosas, pero que ya no tratan de aplicarlas sobre sus tres hijos.

Resulta curioso que un tema tan ajeno a la mayoría de los lectores, como puede tratarse de la historia del ginseng, su peculiar manera de cultivo, origen y mitología; la competencia que las grandes empresas hacen a los cultivadores independientes y el uso medicinal que estas raíces poseen se conviertan en un relato en el que te sumerges y del que vas aprendiendo muchas cosas, todo salpicado por esos fragmentos de slice of life que Thompson tan bien maneja y que nos han convertido a muchos en fans de su obra.

Por último destacar el aspecto gráfico de esta obra, monumental, de casi quinientas páginas, donde su autor echa el resto, demostrando, si es que hacía falta, lo gran dibujante que es y el especial uso que ha hecho de esta obra, y su investigación y documentación, que servirán para acercarse a su hermano Phil, que va a tener un muy especial papel en ella.