“En el Sur también se hace muy buena novela negra”
Negro sobre negro
El gaditano Ángel Osuna está cosechando elogios unánimes con su último libro, ‘El puente’, que está ambientado en la provincia de Cádiz
Seis novelas negras muy adictivas para sobrellevar el cambio de hora
Cádiz/Ángel Osuna nació en Tarifa pero lleva más de dos décadas viviendo en la capital gaditana. Su trabajo como arquitecto no le ha impedido dar rienda suelta a la gran pasión que ha ido cultivando desde niño:la literatura. Con El puente, una adictiva y dura novela que arranca con el descubrimiento del cadáver de la hija del hombre más rico de España colgado de la pila más alta del puente de la Constitución de Cádiz, ha conseguido abrirse hueco en el competitivo mercado del género negro.
Pregunta.–¿Cómo se le ocurre esa perversión de que haya un crimen en el puente de la Constitución de Cádiz?
Respuesta.–Cuando lees las novelas negras casi siempre los crímenes son en grandes ciudades, en enclaves que parece que todo el mundo conoce. Pensé, ¿por qué no hacerlo en Cádiz? Y como el puente lo cruzo prácticamente a diario, me pareció que era un sitio bastante curioso para situar el inicio de la novela.
P.–En su libro se percibe que le gusta mucho el género negro, pero ¿cómo fue ese impulso de lanzarse a escribir?
R.–Para escribir primero tienes que ser un gran lector. Yo siempre he leído mucho. Empecé con Stephen King, porque mi hermano es mayor que yo y me pasaba las novelas en cuanto que las acababa. De ahí fui pasando a novelas negras y me fui enganchando... A Jo Nesbø sobre todo, que me encanta la manera de escribir que tiene. Siempre había escrito, pero hace como diez años que le pasé un manuscrito a mi hermano, a ver qué le parecía. Y le gustó. Fue él quien me dijo: tío, no sé, tómate esto un poquito más en serio porque parece que se te da bien.
P.–Y se lanzó.
R.–Pues sí. A partir de ahí ya fui enganchando cositas y, por ahora, no parece que vaya la cosa mal.
P.–¿Está funcionando bien El puente en los circuitos nacionales?
R.–Lo que me llega es que sí. Ahora todo se mueve mucho por redes sociales, por Instagram me llegan muchos comentarios muy buenos. Todo esto me hace estar bastante contento con la novela.
P.–Y los protagonistas, sobre todo la inspectora Rossi, ¿están inspirados en alguien o es un personaje que llevaba dentro y lo dejó fluir?
R.–Realmente no es una inspiración directa sobre alguien. En particular, el otro día hablando en un club de lectura, me preguntaban por qué había escogido un personaje femenino. De hecho en la novela en la que estoy ahora trabajando, estoy tratando también el protagonista de un personaje femenino. Básicamente les conté que fue porque me di cuenta en un momento dado que de toda la gente que tenía alrededor las mujeres eran las más fuertes. Quizás es más complicado para un hombre escribir sobre una protagonista femenina, pero creo que no ha quedado mal, pero no ha estado inspirado en una persona en particular.
P.–La novela es valiente. Hay escenas muy duras, hay personajes muy malvados. Pero va más allí. No deja sus actos al amparo de la imaginación, sino que cuenta de lo que son capaces seres humanos que piensan que están por encima del bien y del mal, de gente muy poderosa.
R.–Sí que me han dicho que hay escenas un poco duras. Yo no las considero tal que así, porque siempre pienso que, si tienes que describir un hecho, y el hecho en sí es malo, malvado, vamos a llamarlo así, creo que debes describirlo, contarlo de tal manera que al lector pueda llegarle esa maldad, porque si lo edulcoras mucho, lo suavizas mucho, pierde fuerza, y quizás actos tan perversos como un asesinato parece que es algo menor. Siempre pongo el mismo ejemplo: las películas de vaqueros o las de policías que se meten 40 tiros y no se dan nunca. Ose hacen un rasguño. Considero que eso les hace perder fuerza, tanto a la película como, si fuera el caso caso, a la novela. Entonces sí, intento que se vea que la maldad existe, y por eso nada más hay que ver un telediario para darte cuenta de lo crudas que son las cosas.
P.–Y para escribir la parte de esas películas, tampoco quiero hacer mucho spoiler, pero esa organización que es capaz de filmar el sufrimiento de chicas jóvenes y de hacerle lo peor, lo inimaginable, ¿ha preguntado a policías que están dentro de la Deep Web, ¿cómo se ha documentado en caso de que lo haya hecho?
R.–Esa parte surgió en buena medida porque me quedé muy impactado con la película Tesis. A partir de ahí, arranqué primero investigando mucho en internet. Tengo varios amigos que son policías y hemos hablado sobre este tema. Al final te das cuenta que cosas que ves en películas, que dices, esto es una exageración, realmente ocurren, que las películas se quedan cortas normalmente cuando tienen que contar situaciones tan terribles.
P.–¿Cuánto ha tardado en escribir la novela?
R.–El primer borrador me llevó un año, y ya después el proceso de corrección, pero vamos, básicamente, en un año la tenía ya bastante encajada.
P.–¿Es de los que antes de ponerse a escribir más o menos tiene trazado un mapa de la novela, o se lanza a la aventura?
R.–Intento tener un mapa de la novela, realmente sé sobre lo que quiero escribir, parto de un hecho, que es el que me llama la atención, el que en ese momento decido, y un poco sé sobre eso, y a lo mejor al principio sí me hago mis dos o tres personajes principales, que digamos van a ser los ejes de la historia, pero ya después el resto de personajes van surgiendo. Algunos quedan mejor, otros quizás no me gustan tanto y acabo quitándolos, pero sí van surgiendo poco a poco.
P.–Siempre se ha hablado mucho de la novela negra escandinava. ¿Es el momento de la explosión del noir sureño?
R.–Creo que es que siempre ha estado ahí, lo que pasa es que precisamente la explosión de los nórdicos ha hecho también que nos fijemos más en los autores que nosotros tenemos. A veces si el enclave nos resulta más exótico parece que la novela es mejor, más atrevida, sin embargo, en Cádiz, hay buenos escritores de novela negra que son capaces de situar la acción en el Sur.
P.–¿Profesionalmente a qué se dedica?
R.–Soy arquitecto. Llevo seis años trabajando en la Oficina Técnica de Navantia.
P.–¿Le hace ilusión ir alcanzando metas como novelista?
R.–Sí, claro. Soy arquitecto por las circunstancias de la vida, pero realmente a mí lo que me encanta es escribir. Sería un sueño en un futuro poder vivir de esto, pero claro, es complicadísimo, sobre todo porque somos muchísimos autores y hay muchas novelas buenas. Es muy complicado.
P.–Su novela es muy cinematográfica.
R.–Sí, eso me dice todo el mundo. Es que al final creo que escribo lo que me gusta leer. Siempre me han gustado mucho las novelas que al final son muy cinematográficas, que conforme lees te imaginas inmediatamente la escena en la cabeza y prácticamente no te das cuenta ni de que estás leyendo. Eso es lo que yo intento.
P.–¿En qué proyecto está ahora inmerso?
R.–Me gusta no continuar inmediatamente con la misma historia, aunque mucha gente me pregunta si las aventuras de la inspectora Rossi tendrán una continuación. Ahora estoy metido con una novela sobre narcotráfico, también en esta zona de Cádiz. La llevo bastante avanzada. A ver cómo la rematamos. Surgió por casualidad, realmente no estaba previsto, pero con todo lo que está pasando ahora mismo, que esto ya sabemos que siempre ha sido una zona complicada, pero últimamente hay alguna barbaridad, como la que conocimos el otro día con el jefe de la Udyco y las 13 toneladas de cocaína incautadas en Algeciras... Fue una cosa de la que tenía ganas de escribir porque me gusta el tema, que es bastante particular y que tiene muchas ramificaciones. Y en eso estoy.
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