Las termas toman forma sobre el Teatro Romano

Gades y Cádiz se reencuentran de nuevo. Lo hacen en el seno de las nuevas termas romanas que el próximo marzo pretenden abrir sus puertas en pleno barrio del Pópulo, en la calle José María Rancés. Un enclave turístico que ya toma forma en el mejor escenario posible, el terreno en el que siglos atrás se levantaba en todo su esplendor el Teatro Romano de Cádiz, que asoma a cada paso de esta finca cuyo subsuelo ha dejado al descubierto alguna parte del monumento.

Se trata de "importantes restos del Teatro Romano gaditano", comenta Germán Garbarino, socio del proyecto promovido por Servicios Integrales y Proyectos 2012 S.L, que también integra en el edificio doce apartamentos turísticos que se están construyendo.

Se trata de restos de la zona trasera del teatro, que han aflorado durante la excavación que se ha llevado a cabo en esta finca situada junto a la Casa Estopiñán. Un edificio del que se ha mantenido la fachada, y todos los elementos originales del siglo XVIII que se han podido salvar, como losas, mármol o cierros de madera, que se están restaurando en la actualidad para ser repuestos en los pisos superiores pertenecientes a los doce apartamentos, que se sumarán a la terraza chill out de la azotea.

Las Thermas de Balbo, como se denominará el emplazamiento, ocupan planta baja y sótano del edificio, con una distribución ya definida y palpable a pie de obra. Un total de 640 metros por los que discurrirán estos baños romanos integrados por piscinas y aljibes originales y otras dependencias.

Nada más entrar puede verse uno de los fragmentos de columna descubierto en la excavación, y que permanecerán in situ como parte del circuito, para lo que ya tienen el visto bueno de la Delegación Provincial de Cultura. "Qué mejor interpretación de estos fragmentos históricos que aquí", puntualizaba Garbarino sobre la integración de estos elementos y de otras estructuras romanas y púnicas en un emplazamiento completamente inspirado en las termas romanas, tal y como se concebían durante la época imperial.

La planta baja ha quedado configurada, por tanto, por recepción y vestíbulo, zona de vestuarios, aseos y duchas a la derecha, y la galería del patio que distribuye el acceso al primero de los tres circuitos de aguas que forman parte de este recorrido.

Como peculiaridad, los vestuarios estarán dotados de labras, que son lavamanos romanos, así como de un sistema de taquillas que emulan los que usaban los romanos en estos baños, bajo los que se expandían bancos corridos en los que reposaban. "Son habitáculos donde guardaban sus enseres, mientras que el esclavo lo vigilaba", explica Juan de Dios Borrego, arqueólogo encargado del diseño del circuito y de la recreación las termas "con el máximo rigor histórico".

En la galería en torno al patio, también presidido por un ninfeo (fuente de la época), ya se observa la fisionomía de las futuras termas, tres piscinas de agua templada, fría y caliente, recorrido que se repetirá en dos ocasiones más en la planta sótano del edificio, con un total de 9 baños. Así, por una escalera que se ha diseñado a imagen de las que usaban nuestros antepasados, se llegará al resto de piscinas de aguas termales.

Esta parte del circuito gira en torno a un aljibe del siglo XVIII localizado, que se mantiene convertido en un Laconicum, o en otras palabras, en una sauna o baño de vapor seco, que a nivel decorativo irá policromado y estucado con referencias a la diosa Mitra. También dispondrá de una sala de masajes, donde "un iatromantis o médico se encargará de los tratamientos", explica Germán Garbarino, en consonancia con ese culto al cuidado del cuerpo que también se ejercían en estos edificios tanto públicos como privados.

También podrá verse, a través de un avanzado sistema de espejos a base de iluminación con led, la canalización hidráulica subterránea que se localizó el pasado año, y que se suma a importantes restos de época almohade (siglo XII) que ya fueron depositados en el Museo Provincial de Cádiz.

Otra de la curiosidades es la reproducción del sistema de calefacción que era muy utilizado en las termas del Imperio denominado Hypocaustum, cuyo fin es generar calor que se distribuye por suelo y paredes. A continuación de esta sala se encuentran otras tres piscinas, una de ellas perteneciente a otro aljibe del siglo XVII y XVIII.

Y en el otro frente de la galería del sótano, las otras tres piscinas restantes, en torno a las que pueden verse otros fragmentos de época romana hallados en la zona.

Todas las piscinas dispondrán de techos abovedados de canales y contracanales, con el fin de que el agua discurra por la pared, evitando que la gota provocada por la evaporación caiga directamente sobre el usuario. Todo ello en un ambiente muy cuidado, como ya hacían nuestros antepasados en la Roma imperial, con estancias aderezadas de esculturas, mosaicos y esculturas.

Un ambicioso proyecto cuya obra avanza a grandes pasos, con una inversión en su conjunto -apartamentos y termas- que asciende a 3.560.000 , "pues la decoración es muy costosa", y que supondrá "la creación de 36 puestos de trabajo".

El circuito está diseñado para un total de 20 ó 25 personas máximo, "con el fin de garantizar la tranquilidad en el recorrido", comenta. Y es que el objetivo de las Thermas de Balbo, aparte del baño relajante, es difundir la función social, cultural y lúdica que desempeñaban.

De hecho, también tienen previsto editar un libro sobre estos baños, con toda la información que los contextualiza, además de la decoración, recreada de otras termas y motivos de otros puntos del Imperio. Porque nada es casual en este nuevo enclave turístico que se baña en la historia de Gades, desde los propios cimientos de su teatro.