"El único que nos ha tomado en serio es el juez Juan del Olmo"
Guillermo Torres y Manel Fontdevila, humoristas gráficos de 'El Jueves', hablaron en 'Arte y Crimen' de su experiencia al ser denunciados por injurias a la Corona
La revista que sale los miércoles y secuestran los viernes fue ayer invitada inevitable en El Arte, a juicio. Los dos creadores más polémicos de El jueves, Guillermo Torres y Manel Fontdevila, hablaron de su paso por el banquillo tras la publicación de su famosa portada con los Príncipes de Asturias de protagonistas. "Una experiencia -afirma Guillermo Torres- que nos provocó un enorme sentimiento de incredulidad, porque el dibujo era más o menos como otros que hemos hecho, pero imagino que algún juez lo vería en el Tomate y le parecimos insultantes".
"¿Tú conoces a Mel? -dicen, antes de empezar la charla-. Pues el tío es bueno".
Defienden el "código" que siguen manteniendo con sus lectores y afirman que se les ha tomado demasiado en serio: "Aunque yo creo que el único que nos toma de verdad en serio -apunta Guillermo Torres- es Del Olmo". Ambos comentan las recientes declaraciones de José Antonio Barroso, "cuando en realidad, el problema -indica Guillermo- es que da igual qué dinero emplee el Rey y en qué lo gaste: todo lo que hace se sustenta con el dinero público".
"Ese es otro de los errores más comunes que se cometen cuando se critica a la monarquía -continúa Fontdevila- que siempre se hace desde el punto de vista de lo anecdótico: no hay un partido político que se tome el tema seriamente".
El periodista y escritor Juan José Téllez -que recordó tener bajo su sombra una larga lista de causas, casi todas ganadas-, afirmó en su presentación que no creía que éste fuera un país monárquico, "pero sí juancarlista. Y por eso mismo -indicó- no habría de tener a un primo de Zumosol en forma de ley".
Rafael Rebollo, profesor titular de Derecho en la Autónoma de Madrid, explicó la parte técnica del caso que llevó a juicio a los humoristas gráficos.
"Se utilizó una fórmula existente en el Código Penal de 1995 que oponía el animus injuriandi al animus iocanti -disertó-. Es decir, que la intención de bromear se excluye cuando existe intención de deshonrar. Y en este caso, además, la injuria traspasa el límite de lo privado para convertirse en un delito público".
Uno de los artículos del Código Penal define como delito el uso de imágenes de la familia real "que puedan dañar de alguna forma el prestigio de la Corona". "Pero, ¿qué hubiera pasado -se pregunta Rebollo- si hubiera prosperado la relación del Príncipe Felipe con una famosa modelo de la que había imágenes en ropa interior? ¿Serían esas imágenes injuriosas una vez ella fuera Princesa de Asturias?".
La sentencia decidió que la imagen del Príncipe que se ofrecía en la portada de El Jueves era la de un "vago, voluptuoso y codicioso", "un juicio de valor -opinó Rebollo- que va mucho más allá del dibujo". La condena indicaba, además, que "el ánimo de injurias no es necesario para cometer el delito de injuria": "Un alegato que se recoge en sentencias de los años 49, 58, 76...", apunta Rafael Rebollo.
La conclusión que sacaron los ilustradores fue que "España es un país mucho más monárquico de lo que creíamos", aunque, tras la experiencia, ambos siguen creyendo en la libertad de expresión -o, como llegó a decir Fontdevila en el banquillo: "Yo no creo en la libertad de expresión, yo la uso"-.
"Ahora hemos recurrido -explica Guillermo Torres- y el caso debe ir por Estrasburgo o por ahí. Lo mismo nos reducen la multa a la mitad porque con el cambio de nariz, Doña Letizia es distinta..."
"Lo curioso del asunto -reflexiona Fontdevila- es que el juez nos acusaba de zafios y vulgares. Y bueno, eso ya lo sabemos. La cuestión es, ¿podemos serlo?".
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