¿Quién certifica la validez de un hallazgo arqueológico como Melkart?

Ángel Muñoz considera poco “poco prudente” dar la noticia en la fase inicial del estudio

Hallazgos producidos en la zona de la Punta del Boquerón
Hallazgos producidos en la zona de la Punta del Boquerón

El hallazgo de lo que parece un enorme edificio bajo el agua que la Universidad de Sevilla y el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico han presentado como el posible templo de Melkart ha causado polémica en la comunidad científica. Las técnicas digitales sobre el terreno a partir de fotografía aérea (Modelo Digital del Territorio (MDT) y tratado por un software libre, no termina de convencer a algunos expertos que consideran “poco prudente” su presentación en sociedad, aunque desde el principio se dejara claro que se trataba de una hipótesis.

Es el caso de Ángel Muñoz, jefe de departamento de protección de Patrimonio de la Delegación Cultura, que habla en su nombre y no en el de su delegación –que presentó el hallazgo–, pues como buen conocedor del recorrido de una investigación arqueológica –también como director durante años de Baelo Claudia– cuenta que “es necesario más documentación e investigación”. Afirma que “al tratarse de un estudio documental en curso de realización y que utiliza técnicas de fotografías aéreas, es muy aventurado”.

El jefe de departamento de protección, que es de los pocos expertos de fuera de la investigación que se han atrevido a hablar considera la normalidad de las divergencias entre los arqueólogos e historiadores en función de la naturaleza de hallazgos “que pueden llevar a distintas interpretaciones”. Pero en este caso considera insuficiente la información aportada, dada la falta de constatación geofísica, “pues que estaba en la Punta del Boquerón ya se sabía”. No es el único que así opina, pero ninguno de las voces autorizadas sondeadas por este medio han querido salir a la luz pública.

Por tanto, ¿cuál es el punto de inflexión en la certificación de un hallazgo para que trascienda a la sociedad?; ¿Es imprudente o más bien apropiado informar aunque sea antes de tiempo si con ello se incentiva la financiación de las administraciones públicas y universitarias para favorecer la investigación?

La última palabra de la confirmación de un hallazgo es la propia investigación arqueológica y sus resultados, explica Ángel Muñoz. “Es decir, no cabe duda de que en el Cómico tenemos una parte de la ciudad fenicia de Gadir y lo han demostrado los resultados de las investigaciones con publicaciones y otros medios de difusión científica y resultados contundentes”.

Y en este sentido “el papel de la administración cultural es tutelar y controlar este proceso, constatar el cumplimiento de los objetivos científicos”, añade, “pero no de los resultados de la investigación como conocimiento, sino la protección y conservación de esos vestigios, independientemente de su naturaleza”.

El reglamento de Actividades Arqueológicas en Andalucía también vela por “la metodología establecida en el proyecto de la actividad y en la resolución autorizatoria, su correcta ejecución, desarrollo y finalización, así como la adecuación y adopción de medidas correctoras al proyecto autorizado, cuando necesidades objetivas lo justifiquen”.

De cara a la prospección geofísica bajo el agua en Melkart, aún está por definir el proyecto, según explicó la directora del CAS, Milagros Alzaga, que estará marcado por la complejidad de las mareas en la zona y la falta de visibilidad.

Una vez que esto ocurra, señala Muñoz, “lo importante es si de verdad esas imágenes son construcciones o son reflejos del mar, como dicen los investigadores de la Universidad de Córdoba y Sevilla”. Aunque en el caso de ser construcciones, puntualiza, “parece que su distribución poco o nada tiene que ver con el santuario que nos describen los textos antiguos, por lo que creo que se han precipitado”.

También apunta que propia delegación en la que trabaja “ha visto la oportunidad de dar un notición sin darse cuenta de que estamos en un proceso de investigación que está en los albores y se necesita muchas más documentación para poder decir lo que han dicho”. Ojalá tengan otros argumentos, asegura, “pero hasta que no se hagan prospecciones y sondeos tanto subacuáticos como terrestres en la zona, no podremos saber realmente de que estamos hablando”.

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