Cuando se conoció el atentado contra la vida de Donald Trump todos -usted también- sospechamos que podía haberse tratado de un montaje, vimos la casualidad con ojos fatuos, nos arracimamos en la duda menos cartesiana
En ciertos momentos es mucho más divertido el espectáculo de lo que ocurre fuera que lo que se vive en las entrañas atropelladas de la verbena gigantesca