El parqué
Álvaro Romero
Tono alcista
Letras capitulares
68.888 euros. Casi 70.000 euros. Ese es el sueldo bruto anual que se ha fijado para este cuatrienio el alcalde de Cádiz, Bruno García. Una cifra que ha provocado las críticas de unos, las quejas de otros y que ha llevado a la calle el debate sobre la idoneidad o no de tal nómina. ¿Cobra mucho el alcalde? ¿Es apropiado el sueldo?, son las preguntas que se hacen muchos gaditanos estos días, después de que el Pleno de Organización haya dado oficialidad al acuerdo.
Una de las primeras reacciones a la cuantía fijada la publicó la pareja (política y personal) del anterior alcalde, José María González. Teresa Rodríguez inició una cruzada contra el sueldo de Bruno García, recordando que Kichi cobraba 30.000 euros menos de lo que percibirá el actual regidor al año; tal punto alcanzó las críticas de Rodríguez, que el propio García (que no suele entrar en discusiones ni polémicas, menos aún en redes sociales) contestó a la número 2 de Adelante a las próximas elecciones generales con un amplio texto en el que intentaba desmentir las críticas o contextualizar las cifras.
Tampoco ha perdido la ocasión de salir a la palestra la sección local de Adelante, que se ha mostrado igualmente muy crítica con los nuevos sueldos municipales mostrando su “más absoluto rechazo” ya que, entre otras cuestiones, “las retribuciones que percibirán los futuros concejales del gobierno superan con creces las del anterior gobierno municipal”, aunque el partido en el Pleno del viernes se abstuvo y no votó en contra. “La política y la ética deben de ir de la mano, ajustando las retribuciones a unos límites idénticos al de las percepciones que recibían los concejales y concejalas en su profesión”, indican desde Adelante Izquierda Gaditana vinculando la ética al sueldo de un concejal, y sacando pecho de una medida que prácticamente solo ha cumplido Kichi estos años atrás y no el resto de su gobierno, que en sus profesiones (los que la tenían) percibían cantidades por debajo del sueldo de concejal.
Curiosamente, la crítica de este partido se limita a los concejales del gobierno, obviando por completo las retribuciones de la oposición, cuyo portavoz percibirá 52.000 euros anuales (también por encima de lo que cobraba Kichi) y que además tendrán dedicación parcial para un segundo concejal del grupo por 33.750 euros, además del correspondiente asesor (42.200 euros anuales) y un secretario (28.000 euros). Es más, tampoco se critica la asignación a los grupos municipales, que en el caso de Adelante será de 7.700 euros mensuales.
¿Es, por tanto, elevado el sueldo del nuevo alcalde de Cádiz? Ante esta duda vertida por los críticos a las cantidades aprobadas, conviene recordar que los sueldos de los miembros de las corporaciones locales se pueden determinar libremente… siempre que se cumplan unos máximos que establece la ley. En concreto, es la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local la que fija las cantidades máximas que se podrían percibir “por todos los conceptos retributivos y asistencias, excluidos los trienios a los que, en su caso, tengan derecho”. En el caso de Cádiz (una ciudad situada en la franja entre 75.001 y 150.000 habitantes) la cuantía máxima que podría cobrar el alcalde o cualquier concejal es de 87.120,59 euros. Y eso significa que Bruno García cobrará un 20% menos que el máximo permitido en la ley. Es decir, que legalmente el sueldo está fijado conforme a lo que establecen las leyes.
Salvada la cuestión legal, mucho más fangoso es ese aspecto ético al que hace referencia la oposición. ¿Es ético que Bruno García perciba 68.888 euros brutos anuales? A este respecto, no está de más hacer las cuentas para precisar el sueldo neto mensual que percibirá el alcalde, que será de 3.592,02 euros (a lo que hay que sumar las pagas extraordinarias de julio y diciembre). ¿Es desorbitado que un alcalde cobre 3.600 euros mensuales, atendiendo a la responsabilidad que asume y la dedicación que debiera prestar a los asuntos municipales?
Incluso esta pregunta se podría plantear al revés respecto al mandato de Kichi. ¿Era apropiado que un alcalde, con todo lo que eso conlleva, cobrara 38.826,76 euros brutos anuales (es decir, 2.024,53 euros mensuales, con 2 pagas extra)? ¿Y que cobrara igual que el resto de concejales de su gobierno? ¿Tiene la misma responsabilidad un alcalde que un concejal, aunque sea teniente? Kichi decidió en 2015 y en 2019 que así fuera, como Bruno García ha adoptado en 2023 otra decisión distinta. ¿Hay alguna correcta y otra inválida?
Las críticas a Bruno García por su sueldo han querido apagar los titulares que hablaban de un ahorro del gasto de la nueva Corporación respecto a la anterior, lo que dinamitaría esa defensa del ahorro del coste de la política que hace Adelante. Ahorro que el partido ahora liderado por David de la Cruz achaca exclusivamente a la ausencia de un tercer grupo político en la oposición, olvidando otras realidades; como, por ejemplo, que los 13 concejales de Adelante Cádiz en el anterior mandato tuvieron rango de tenientes de alcalde y dedicación completa; o que incluso, como otro ejemplo, alguno de esos concejales cobró el 100% del Ayuntamiento pese a compartir dedicación con su actividad profesional paralela.
Hace unos años, el mandatario de una sociedad anónima gaditana salió al paso de las críticas por el alto sueldo fijado para un profesional que contrató asegurando que la gestión de ese empleado ahorraba por un lado y producía ingresos por otro muy superiores al sueldo fijado, con lo que la contratación y el sueldo eran más que positivos para la sociedad. Ahí, por tanto, radicará lo apropiado o no del sueldo de Bruno García y del resto de concejales (oposición incluida): en su gestión estos próximos cuatro años, en los aciertos que deriven de sus decisiones, en los éxitos que consiga el Ayuntamiento y en el paradero de sus gestiones. Será eso, y no ninguna ética impostada o limitada solo a unos cuantos, lo que determine si ganar 3.500 euros al mes por ser alcalde de Cádiz es o no un sueldo apropiado.
Entre las críticas a la nueva organización municipal y a las retribuciones derivadas, una de las cuestiones que más llama la atención -por novedosa- es la dedicación parcial estimada en un 75%. Hasta ahora, las dedicaciones estipuladas en el Ayuntamiento eran completa (100%) o parcial, para lo que se fijaba una cuantía muy inferior. Pero Bruno García ha introducido un porcentaje mínimo para esa dedicación, que eleva al 75%, posiblemente parejo a las cuantías económicas fijadas, diferentes según qué concejal (desde los 51.666 euros brutos anuales que percibirá Maite González a los 33.750 euros brutos anuales de los concejales ‘rasos’ o los portavoces adjuntos de la oposición). Se ha quejado Adelante Cádiz de esa medida, que considera “salarios ajustados a dedicaciones denominadas como parciales para que puedan compatibilizar el enorme sueldo que se autoimponen en el Ayuntamiento con sus profesiones privadas”. ¿Cómo se puede medir ese 75%? ¿Qué elementos objetivos se habilitarán para comprobar la efectividad de ese porcentaje de dedicación?
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