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Izquierda Unida siempre ha sido una especie de invisible en las encuestas de cara a las municipales. Una vez tras otra se han ido encontrando fuera de la Corporación municipal y, al final, no sólo no aguantaba sino que, incluso, superaba las expectativas. Salvo en el año 2003 con Gervasio Hernández Palomeque, donde sólo consiguió un escaño, siempre ha conseguido salvar los muebles.
Ahora IU está integrada dentro de la coalición Ganar Cádiz, las plataformas que se formaron hace cuatro años de cara a las municipales y que se convertía en la suma de una serie de partidos, asociaciones y todo tipo de colectivos. Bajo esta marca se agrupó gente interesante y preparada que conformaron un programa electoral con sustancia.
En las elecciones municipales de 2015 consiguieron 5.847 votos, lo que le valió para conseguir dos escaños y poder entrar en el gobierno municipal liderado por Podemos.
Entonces las dos formaciones decidieron ir por separado pese a que desde Ganar Cádiz se estaba por la labor de integrarse en una sola lista. Podemos, que se encontraba entonces en la cresta de la ola, puso toda serie de excusas sabiendo que tenían una marca mucho más potente que la de Ganar.
Estos están locos porque haya fumata blanca en la confluencia. De hecho, en su proceso de elección de candidatos sólo se han nombrado a los seis primeros, que son los que, en teoría, les tocaría si se hace un reparto proporcional por como quedaron en las últimas elecciones.
En Podemos se lleva mucho tiempo analizando si la confluencia es conveniente o no. Hay algo que se repite continuamente y es que a veces uno más uno no suman dos. Cuando han decidido ir de la mano en las diversas elecciones, no les ha ido bien y ejemplos hay unos pocos, como las últimas autonómicas o las generales de 2016.
Los que han defendido esta posición siempre han preferido que cada uno se busque la vida por su cuenta y luego sumen los votos.
Sin embargo, el panorama incierto que ha quedado tras los últimos comicios autonómicos y el análisis frío y cuantitativo de que Ganar Cádiz puede venir con más de 5.000 votos debajo del brazo, está haciendo que el viento esté soplando ahora mismo a favor de la confluencia por parte de Podemos.
Sin embargo, este proceso puede dejar una víctima en el camino, una de los pesos pesados de su gestión en estos años.
En la unión de los dos partidos hay un elemento sensible que ha de resolverse y es el orden de los principales gallos del corral. Con un alcalde al que nadie discute como cabeza de cartel y con Ana Fernández como número dos, el tercer puesto es el que plantea la batalla interna.
Y aquí es donde puede haber sangre. En las negociaciones que han tenido las dos formaciones, Ganar Cádiz ha exigido que su líder, Martín Vila, vaya en el número tres. David Navarro no entiende la situación y cree que no se le está reconociendo la labor que ha realizado en estos cuatro años, donde ha sido el concejal que ha soportado un mayor nivel de gestión bajo su cabeza y donde ha estado continuamente en la diana de la oposición.
Podemos ya hizo una cesión enorme a Ganar Cádiz al inicio del mandato cuando le dio la primera tenencia de Alcaldía y unas áreas con tanta visibilidad como Urbanismo y Cultura. El partido del alcalde dio mucho más de lo que recibía por dos concejales.
Ahora el escenario es parecido y Podemos está dispuesto a hacer esta concesión pese a la desigualdad con la que se supone que llegan a la negociación las dos formaciones, ya que mientras Podemos aparece en las encuestas como el partido que va a ser el más votado, Ganar Cádiz apenas conseguiría uno. Pero ante el vicio de pedir, está la virtud de no dar.
Sin embargo, Podemos está por la labor de ceder y que Vila vaya al número 3 y David Navarro al 5, algo que éste no está dispuesto a permitir y que puede provocar que finalmente no vaya en la candidatura. Más allá de que hay viejas cuitas entre los dos por el proceso interno de IU de hace años, puede haber cierta lógica. Si no hay una renovación en esos primeros puestos y desde Ganar Cádiz no viene ninguna cara nueva, lo normal hubiera sido poner en valor la guardia pretoriana del alcalde. Además, podría debilitar la lista de manera sensible.
En un proceso de renovación que va a ser casi seguro, emergen la figura de varios de los asesores que han tenido más peso en estos años en la gestión municipal, como son los casos de Demetrio Quirós y José Ramón Cherra. Entre los perfiles que seguro que va a entrar de cara al 26 de mayo está el de alguna mujer que sea activista en el mundo del feminismo.
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