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El Pelotazo
Pues se acabó el sueño. El Cádiz ha tenido a lo largo de su historia un especial idilio con los milagros, pero ya advertimos que la Virgen de Lourdes hay domingos que se los coge de asuntos propios. Ya hemos comentado que el verdadero milagro era llegar a la jornada 36 sin estar descendido matemáticamente, con la temporadita que se ha hecho. Y es una pena, porque el nivel general ha sido tan flojo que han bastado 37 puntos para salvarse. El Cádiz, haciendo el mismo esfuerzo que hizo ante el Getafe y el Sevilla, pero 15 jornadas antes, se hubiera salvado sin el más mínimo problema. Con la misma plantilla, con la misma supuesta mala planificación, etc, etc. Al final lo que queda es que te vas a Segunda División y ya da igual como lo hagas, sin una maravillosa gestión o con una mala. Al aficionado solo le importan los finales felices, no como vaya el guión. Pasó en otros sitios, como el Betis, donde Don Manué era Dios hasta que dejó de entrar la pelotita. Nada nuevo bajo el sol. Lo del Cádiz de esta temporada era crónica de una muerte anunciada, que solo ha mantenido a la esperanza por el apoyo de la afición. Ahora no vale lamentarse de nada, ni mirar los errores que se han cometido, salvo para analizarlos y que no se vuelvan a repetir. Sobre la mala gestión, hay diversidad de opiniones. Que se podía haber hecho un esfuerzo económico mayor, quizás. Que eso hubiera garantizado la salvación… hay que ponerlo en duda. Nunca lo sabremos. Pero en Segunda B tuvimos gente que cobraba una pasta, para nada, gente con nombre que metió un gol más que yo en el Carranza, y se ascendió a Segunda cuando se cortó el grifo del derroche y nos quedamos con gente de la casa, cuando nadie pensaba que saldríamos ese año del pozo. Porque el fútbol no es cuando se quiere, sino cuando se puede y se ponen de cara las cosas. A mí no me apena (entiéndanme) que el Cádiz descienda. Los equipos modestos están condenados a bajar tarde o temprano. Me apena haberlo hecho esta temporada, con tanto equipo trompo, y que nosotros hayamos sido el tercer más trompo de todos. Ahora lo que toca es armarse de paciencia, restructurar plantilla, invertir lo que se pueda y que sea lo que Dios quiera. Porque la Segunda División es tremenda, de las competiciones más igualadas que existen hoy, con tanto histórico ex de Primera, a los que algunos les está costando la misma vida salir de ahí.
A mí, más que salir de ahí lo que me preocupa es no bajar de ahí. La Segunda es el techo, lo demás es el hiperespacio. Hoy nos queda un partido triste, a modo de despedida, Un partido con menos interés que la biografía de Leticia Sabater en Kenya. Una pena. Porque este partido podría haber tenido el mismo interés, pero con otro desenlace bien distinto. Pero cuando no se hacen los deberes a tiempo el fútbol no tiene piedad. Nos queda esperar a que empiece la nueva temporada, con las mismas ganas de siempre. Porque el cadismo no va a fallar, estén seguros. Es el mayor tesoro de este club. Tengan buen verano.
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