Enrique Montiel
Esa música
Ayer estrenamos mes, precisamente uno de los meses más bonitos, coloridos y cómo no, dedicado a la Virgen María. El mes de mayo se llama así por la diosa romana Maia, diosa de la primavera y la fertilidad, a quien estaba dedicado. Fue en la Edad Media cuando los cristianos empezamos a relacionar este mes con la Virgen María.
Hablar de mayo nos recuerda a las flores. Esto es así porque, al menos en el hemisferio norte, es el penúltimo mes de la primavera, estación en el que las flores se hallan en su máximo esplendor.
Si metemos todos estos ingredientes en la olla de las tradiciones, nos sale un mes de mayo para enmarcar, como lo es, dado la cantidad de celebraciones que de nuevo nuestras hermandades regalan a la ciudad. Rosarios, jornadas marianas, vialucis, novenas en el caso de nuestra Patrona; pero me gustaría hacer hincapié y aunque algunas no están organizadas por hermandades, si están estrechamente relacionadas con ellas y son cómo no, la recuperación de las cruces de mayo.
Borriquita, Beso de Judas, Madrileños y de Los Frailes. En una ciudad que vive por impulsos, claro está, pasamos de tener un vacío en estas actividades, a tener nada más y nada menos que cuatro cruces de mayo. Yo que tuve la suerte de vivir en primera persona la cruz de mayo de Los Frailes y tengo la suerte de seguir viviendo en primera persona la actualidad costalera de nuestra ciudad, aventuro que, de estos movimientos, si se sabe gestionar bien, saldrá la generación que en un futuro no muy lejano pasearan por El Puerto a nuestras devociones.
Para aquel que piense, que es la excusa perfecta para sacar un paso, decirle, que sí, que es una excusa; pero para demostrar y confirmar que la juventud, a veces tan criticada, también quiere darle sentido de vida a la cruz donde nuestro Señor fue crucificado.
Las cruces de mayo, tienen su origen después de la conquista castellana, en el que el pueblo tenía que demostrar que no era judío ni musulmán y colocaban la cruz en las fiestas paganas dedicadas a las flores.
Hoy día nuestra juventud, pasea esa misma cruz, para dar testimonio de fe a una sociedad que tanto necesita de ella.
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