Guadalete

10 de abril 2024 - 06:00

Supongo que el aspecto que presentan las márgenes del Guadalete de hace 500 años nada tienen que ver con el aspecto de hoy. Todo se transforma, y es de suponer el rechazo de hace mil años frente a los nuevos proyectos.

Quizás el mismo rechazo que recibieron las fuentes que se levantaron, pero un rechazo nada parecido al que se recibió cuando se ordenó el derribo de la otra fuente frente a la Casa de la Pólvora. NI nos imaginamos el rechazo al puente de barcas. Pero lo mejor de todo fue la alegría de aquellos que vieron como caía el puente que lo sustituyó, algo que de seguro más de uno anunció que pasaría.

Como es natural, todo evoluciona. No solo eso, es que además, ante toda decisión, hay detractores, defensores, quienes critican, quienes lamentan y quienes se llevan las manos a la cabeza. Pero la vida sigue. Como siguen las modificaciones, en donde el derribo de un muelle no es nada comparado con el revuelo que causó su construcción, y que alteró la bella imagen del río con semejante mamotreto de hormigón.

Como decía, ahora tenemos una pasarela, en proyecto algún puente más, y ese paseo que mezcla maderas y restaura cantiles. Podrá gustar mas o menos, y hay quién se frota las manos advirtiendo que esa madera durará menos de una temporada. El resultado final es el que es, y lo cierto es que ahora, desde el antiguo varadero de Pastrana, hasta La Puntilla, podemos disfrutar de una agradable paseo, el río creo que se ha integrado en la ciudad, algo que nunca perdió, pero quizás sí lo perdimos de vista.

Ahora disfrutamos de sus calmadas aguas, y puede que incluso vuelva a ser aquel río del olvido que nunca se olvida. La polémica queda servida, pero como siempre ocurre, llegará un momento en que se olvide. De momento llega la hora de volver a disfrutar del río, al que sigo considerando que le faltan pantalanes de cortesía y le sobran esqueletos de barcas olvidadas, quizás también llega la hora de limpiar no solo el paseo.

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