Enrique Montiel
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Letras capitulares
A la Junta de Andalucía se le podría decir en Cádiz aquello de la banca de los casinos: siempre gana. La administración autonómica sigue retrasando en exceso, cuando no paralizando por completo, las inversiones y los proyectos que tiene pendientes en la ciudad; una ciudad que hasta ahora sólo le está dando rentabilidad en base a los millones de euros que se embolsa con cada enajenación patrimonial. Así, mientras la oposición en el Ayuntamiento repite una y otra vez los proyectos sobre los que no hay noticias, los únicos expedientes que cierra la Junta son los de venta de edificios o terrenos que le reportan un ingreso económico que tampoco revierte luego en la ciudad.
La parálisis de la administración autonómica con Cádiz es algo crónico; es una realidad constatable de todos los gobiernos socialistas que pasaron por el hospital de las Cinco Llagas y por San Telmo, que prometían y prometían proyectos, presentaban y presentaban infografías, y anunciaban y anunciaban fechas… para luego, a la vuelta de los años, cambiar los proyectos, plantear otras ubicaciones, o lanzar otros anuncios.
Muy posiblemente detrás de todo ese hartazgo que provocaron tantas promesas incumplidas, llegó el sorpasso de Moreno Bonilla en 2019 y la posterior mayoría absoluta en 2022. Pero el tiempo sigue avanzando, y las actuaciones que Cádiz espera con financiación andaluza no llegan, no avanzan, no se mueven.
Con los proyectos de la Junta en Cádiz hay que decir lo mismo que se repite siempre en las presentaciones de oradores, contertulios o pregoneros: “no necesitan presentación”. Porque palabras como Valcárcel, hospital, Náutica, o Ciudad de la Justicia están ya más que manidas para el oído y la vista de los gaditanos. Pero por más que se repitan, no llegan las novedades, las luces verdes, las licitaciones y adjudicaciones, las obras… los hechos, en definitiva.
Y con esto, el gobierno de Moreno Bonilla tiene un problema que pesa como una losa de grandes dimensiones: “Juanma lo haría”. Esa pancarta en el hospital y esa campaña con la que logró las llaves de San Telmo se convierten en un duro revés viendo la incapacidad de dar el más mínimo avance pasados estos cinco años de gobierno en la Junta.
Para colmo, las únicas operaciones que se cierran desde el gobierno andaluz son aquellas que suponen una rentabilidad económica a las propias arcas autonómicas. La Junta ha encontrado en el Grupo Q un gran aliado, que le reportó 11,8 millones de euros a finales de 2019 con la compra de la residencia Tiempo Libre -hoy abierta como hotel Cádiz Bahía- y que ahora vuelve a inyectarle 6,2 millones de euros por un solar que había sacado en dos ocasiones a subasta pública sin empresas interesadas y que le va a permitir sacar adelante sin despeinarse (e incluso obteniendo beneficios) otras 212 viviendas que, mucho tememos, la propia Junta utilizará en el futuro como aportación a la ciudad.
Ya insistió en su día el gobierno de Kichi a la hora de reclamar que esos ingresos económicos que estaba percibiendo por la enajenación de patrimonio fueran invertidos en la propia ciudad que se los estaba procurando; pero la Junta hizo oídos sordos a esta demanda. No sólo porque legalmente fuera una quimera eso que planteaba Adelante; sino porque moralmente el gobierno autonómico, al menos hasta la fecha, tampoco parece que haya hecho el más mínimo esfuerzo por sacar adelante nada de lo que tiene Cádiz pendiente y de lo que ellos prometieron, pancarta en mano, que harían. Así que la Junta, igual que la banca de los casinos, siempre gana. Esté quien esté al frente de su gobierno.
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