Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
El ayuntamiento ha puesto a un parque de El Puerto el nombre del concejal de Sevilla Alberto Jiménez Becerril y de su esposa Ascensión García Ortiz, asesinados por ETA. Aunque hay que superar ese aciago periodo de nuestra historia, debemos mantener la memoria viva. Busco en el callejero de El Puerto la calle, plaza o parque dedicado a Ceferino Gómez Cordero, concejal socialista de nuestra ciudad asesinado por los franquistas, y no lo encuentro. Tampoco hay ninguna calle dedicada a los demás concejales republicanos asesinados, todos elegidos en unas elecciones democráticas. El hijo de Ceferino, Rafael Gómez Ojeda, terminaría siendo elegido alcalde al restablecerse la democracia en nuestro país.
Sí hay una calle dedicada a Manuel Fernández Moro, alcalde de El Puerto cuando la sublevación militar fascista; fue detenido en el ayuntamiento por falangistas y trasladado al penal de la ciudad, donde “desapareció”. Tenía 32 años y su cadáver nunca fue hallado. Dejó una viuda embarazada y tres hijos pequeños. Su familia tuvo que esperar 81 años para verlo rehabilitado, cuando fue rotulada una calle con su nombre, con la emotiva presencia de su hija. Ni Beardo, entonces portavoz del PP en el ayuntamiento, ni ningún representante de ese partido asistió al acto de reconocimiento de esta víctima del terrorismo franquista.
No hay calle ni plaza para Francisco Cossi Ochoa, que también había sido alcalde de El Puerto, y era el presidente de la Diputación cuando el golpe militar. Fue detenido en su despacho y fusilado en el castillo de San Sebastián.
En marzo de 2019 se inauguró un Memorial en el antiguo penal, donde encerraron a 15.526 presos republicanos, muriendo 544 de hambre y enfermedades. Tampoco asistió Beardo, pero sí el diputado del PP Alfonso Candón, lo que le honra.
El PP viene utilizando de forma obscena a las víctimas del terrorismo. Se acuerda de las que le interesan y cuando le interesan. Ni el momento elegido para este homenaje, ni el hecho de que fueran miembros el PP, es casual. Los discursos de los dirigentes del PP fueron más en la descalificación obsesiva del sanchismo, que en rendir homenaje a estas víctimas del terrorismo. Además, la placa rotulada es en realidad una señal de tráfico de limitación de velocidad repintada; muy cutre.
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