El parqué
Álvaro Romero
Tono alcista
Solo quedan cuarenta días para la Semana Santa, el Miércoles de Ceniza comienza el periodo de ayuno y abstinencia, y, aun así, el Carnaval sigue presente. Queda claro ya que la sociedad ha dejado atrás el sentido de las cosas, y algunos, en un alarde de pseudo filosofía realista, consideran que nada tiene que ver el Carnaval con la Cuaresma. Incluso los propios cofrades alternan el costal con el pito de carnaval, y no pasa nada. En realidad, no pasa nada, sobre todo porque nada tiene sentido.
Cuaresma y Miércoles de Ceniza no significan mas que parte de una religión, y el Carnaval, igualmente, para nadie tiene el sentido que tenía, ni se vincula a la cuaresma. Los tiempos cambian, la sociedad evoluciona, y los términos, costumbres, ritos y tradiciones se aclimatan, adaptan y confunden.
Vivimos en la sociedad individualista, en donde la libertad de cada cual se adapta a sus propias tradiciones, y nada más lejos que el tratar de imponer, ni tan solo de convencer, pues cada cual, en su fuero interno, deberá velar por lo que considere adecuado a cada momento.
De momento hoy es Miércoles de Ceniza, tiempo de ayuno y abstinencia, tiempo de Carnaval, de arrepentimiento, y de disfrutar con los primero coletazos de un Carnaval que ya nada tiene que ver con la Cuaresma a la que nos enfrentamos. Nada hace entrever que se llegue a un entendimiento, o que al menos, los practicantes den ejemplo, porque de nada serviría.
Vivimos en un todo vale, y un todo está bien, aún sin estarlo. Vivimos en un tiempo en el que, como decía, la individualidad del ser se maneja a capricho de los gustos o el negocio, y, sin embargo, nada malo esconde el resultado. Hoy marchan paralelos el Carnaval y el Miércoles de Ceniza, y no por ello el mundo ha caído en un abismo. Sin embargo, la coherencia se va perdiendo poco a poco, hasta el momento en el que el ser humano pierda la coherencia por completo.
Resulta asombroso que vivamos en una mojigata sociedad que se rasga las vestiduras con un piropo, que denuncie la cosificación, pero que aplauda la falta de coherencia. Y es que cuando se pierde todo es posible. Aun así, cada cual es libre, hasta cierto punto, y con Carnaval y o sin él, hoy, cuarenta días antes, es Miércoles de Ceniza.
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