Enrique Montiel
Esa música
Ninfa María, publica un poemario. Ninfa María quiere que le prologue el libro. Con-ciencia In-versa. Lo considero una desproporción, por los escasos merecimientos míos. Además, ahora, que soy más lector que escritor. Bueno, pero yo la conozco escribiendo desde siempre. Si hurgo en mis recuerdos, que no son otra cosa que un dolorido conjunto de absurdos y maravillas, que es lo que, en esencia, es esta vida, la evoco llena de literatura y premios del Colegio y del Ayuntamiento,
Mis ocupaciones habituales, mi escritura actual, me han convertido en escritor seco, sin galas, cartesiano, parco en ditirambos, experto en críticas e ironías.
En este momento, en el que necesito el abanico del cántico gozoso y del halago, me siento tímido y sin fuerzas.
A lo mejor al leerlo en este estado de ánimo, me conviene, para no exaltarme en demasiados elogios pirotécnicos y verbales, que los lectores usarían para descalificar el libro sin abrirlo. /el padre, ¿Qué va a decir, el padre?/ Espero que no ocurra desde esta mi declaración de intenciones.
Con-ciencia In-versa, es un poemario con intensidades emocionales, pinturas de esa abstracción que es el alma, con el equilibrio exacto entre la belleza moral y la poética. No enumero las figuras retóricas que contiene porque sería tedioso, como hallazgos, en una profesora de Lengua y Literatura.
Los poemas fluyen con su ritmo interno. El ritmo es necesario en toda escritura que pretenda serla, porque es el responsable del sostenimiento versal sin que tropiecen los ojos y la lengua. Así mantiene lo que para los ojos es su hermosura y para los oídos musical sutileza. No exento de ironías, tampoco. Los poemas, ¿qué son? Todos los poemas del universo, ¿qué son? Son el fenómeno interno del recuerdo, buscando intensidad. El tiempo inciso en la memoria le inserta la pasión. A lo mejor el tiempo es profundidad en el poema, en la idea, en la sensación diferente e impresiva que lo creó.
Decía Gracián que la armonía del concepto era vital. Esto es: Con-ciencia In-versa. Música asonada y asociada a la dulzura, facilidad, delicadeza expresiva. La vida, su historia, el tiempo, los temas siempre nuevos de siempre, tocados por la mano de una intimidad muy sensible, dan como resultado el poemario de Ninfa.
La poeta, porque lo es, ha ido barajando un tanto la exultación juvenil hasta el tono elegíaco de algunos poemas posteriores, que sustentan la concepción de su mundo. Tantos fragmentos pasados que vuelven a vivir en el presente de las páginas.
Entre un cántico espiritual y otros recuerdos, Jorge Guillén podría cantarle a ella…Si tu niñez, ya fábula de fuentes…
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