Aquellos Reyes Magos

03 de enero 2024 - 06:00

Esa ilusión siempre permanece intacta, por muy mayores que seamos, a todos nos siguen llenando de magia el mero hecho de recordarlos. Y es que, al fin y al cabo, todos nos aferramos a los sueños más infantiles, sea cual sea el momento en que nos encontramos. Quizás la vida evolucione hacia otras costumbres y puede que, algún día, se recuerde cómo celebrábamos la epifanía, de cómo nos alegrábamos y soñábamos con la venida de los tres magos de oriente. Pero de momento, somos la generación que creció y seguirá envejeciendo con el recuerdo de Ellos. Algunos pensarán que ya se les pasó la edad, algunos, sin hijos, le restan importancia, y aun así, quién se resiste a dormir intranquilo esa noche, pensando que al día siguiente alguien se acordará de ellos. Al fin y al cabo, la ilusión es el recuerdo, el acordarse de alguien, y en eso reside la grandeza del momento y de la mágica noche. Nuestras mentes, en ese día pensarán en alguien, sin importar la edad, y nos hará ilusión el saber que se acuerdan de nosotros, del mismo modo que la decepción, efímera, nos llenará el alma si caemos en el olvido de alguien cercano. Las circunstancias a veces nos llevan a la renuncia de la magia, los problemas pueden superarnos y eclipsar el día. Y a veces, episodios que es mejor olvidar empañan la magia, y aún así, no renunciamos, y volviendo el corazón otro lado, tratamos de pasar el día lo mejor que podamos. Quizás, la magia de ese día resida precisamente en esto que hablamos, en el recuerdo, en el pensamiento, que a veces se traduce en un solo abrazo. La mágica noche, y los mágicos reyes, los cuales, hasta nuestro último aliento en esta vida, nos acompañarán, porque, al fin y al cabo, niños fuimos y seguiremos siéndolo en lo más adentro de lo que podamos sentir.

stats