José Blas Fernández

A Servando Álvarez–Beigbeder

Tribuna libre

La ciudad y el PP deben recordarlo porque fue un hombre de bien que trabajó sin esperar nada

01 de noviembre 2023 - 00:45

Este 31 de octubre nos dejó Servando Álvarez–Beigbeder Pérez, hombre que hasta los 94 años de su fallecimiento se hacía visible por nuestra ciudad porque quiso a Cádiz y mantuvo una figura pública para recordar. En su carrera profesional como perito agrícola estuvo entre Cádiz y Jerez y obtuvo la plaza de instructor del PPO en el Ministerio de Trabajo, llegando posteriormente como director del INEM a tener una gran empatía con todos los jóvenes que terminaban aquellos cursos de formación. Es más, lo recuerdo cuando íbamos paseando o trabajando en nuestras labores de concejal y siempre se le acercaban muchísimas personas para agradecerle que su puesto y su formación se la debían a él como instructor del extinguido PPO.

Servando Álvarez–Beigbeder fue hijo de un gran compositor musical de Jerez, Germán Álvarez–Beigbeder, que posee una calle en la ciudad del vino; y su hermano es el célebre músico Manuel Alejandro.

En los años 80, tras la Dictadura, Servando fue presidente local del Partido Popular de Cádiz y junto a José Ramón del Río y García de Sola, que era presidente provincial, me llevaron a la vida política que me ha durado hasta hoy. 36 años de mi vida de los que tengo que agradecer a Servando cuánto me enseñó porque formamos parte de la segunda legislatura del Ayuntamiento de Cádiz bajo el mandato del alcalde Carlos Díaz Medina, siempre educados y políticos de raza con ética que nunca tuvieron ningún enfrentamiento dialéctico y menos personal en la vida de la Corporación Municipal de 1983 a 1987.

Siempre lúcido y llevando a gala ser gaditano, recuerdo que como delegado de la Sociedad General de Autores, gracias a su hermano Manuel Alejandro, trabajó para que dicha sociedad tuviera medios propios y dignamente pudieran subsistir muchos que habían acabado su vida como autores y no contaban con ingresos.

Podría contar mucha anécdotas de su vida, pues caminamos juntos en muchas facetas, pues conocimos una política integradora para la sociedad civil de Cádiz y velamos para que la ciudad no perdiera su capitalidad y mucho menos su herencia liberal que tanto la necesitaba.

Recuerdo cómo implantó, estando en el PPO y luego en el INEM, que los jóvenes que terminaban la milicia y se licenciaban se incorporaran a esos cursos que él mantenía y propiciaba, procurando una formación profesional envidiable.

Se ha marchado en silencio y lo recuerdo con cariño porque mi profesión estaba ensamblada con su puesto de trabajo y con su gran preocupación por Cádiz, que siempre fue el empleo; por eso tuvimos coincidencias muy importantes en la vida municipal y profesional.

Mi recuerdo para su esposa y sus hijos, porque fue un hombre de bien y trabajó por Cádiz sin esperar nada a cambio y sólo le seguía el deber cumplido. Tanto la ciudad como el Partido Popular deben recordarlo, porque mantuvo la llama viva de una ciudad que siempre tenía la mirada puesta hacia el mar. Seguro que su legado no caerá en saco roto.

stats