Tosantos vs Halloween

01 de noviembre 2023 - 06:00

Desde la politización de Halloween, hecho que comenzó hace unos años en San Fernando, cuyo Ayuntamiento vio un filón para animar a la ciudadanía, la fiesta de Tosantos ha cobrado auge.

Recuerdo la programación especial en blanco y negro, acudir al cementerio y las misas, algo que con la llegada de la democracia se vinculaba a la iglesia y que no debía ser arropado por el régimen de turno o por los ayuntamientos.

Cambiaron los tiempos y los mismos que aplauden a quienes organizan el evento en San Fernando, que invierte mucho más dinero que nuestra ciudad, critican que aquí no se invierta en adecentar el cementerio o destinar el dinero a comedores sociales, pero vamos son cosas de cinismo. Lo sorprendente es que la propia Iglesia, que hasta ahora quería quedar limitada a señalar el precepto, el respeto a los muertos y a dejar que algunos colegios religiosos animarán a los niños a vestirse de santos, toma cartas en el asunto y frente al auge de Halloween, que tiene mas que ver con la diversión que con el paganismo o el satanismo, toma cartas también en el asunto e inicia cruzada contra los poderes fácticos y contrapone a cabalgatas, que no aquelarres, desagravios animando a concentraciones para demostrar la fe. Algo que me parece maravilloso, pero lamentable que sea como respuesta a algo, pues siempre debió existir, independientemente de que la gente quisiera divertirse o no. No creo que sean fiestas antagónicas, enfrentadas, o que merezcan una noche de San Bartolomé, al mas puro estilo del XVI francés. No se trata de excomulgar a los que se disfracen, ni de expulsar de la sociedad a los que no quieran disfrazarse.

Más bien se trata de que la Iglesia, como muy bien hace, le de a Tosantos el sentido religioso que se merece, sin condenar a nadie; se trata de que se festeje lo que se quiera, pero sin provocar a quien prefiere la austeridad. Mala mezcla hacen política y religión, peor mezcla gobierno y oposición; pero la peor de todas las mezclas la hacen quienes se dejan llevar en la defensa de una u otra idea, y viceversa. La vida es más sencilla, hasta el extremo de que todo tiene cabida y que cada cual celebre o Papa Noel o los Reyes Magos, porque lo siguiente será la guerra en que somos más de Reyes Magos que de Papa Noel, aunque la crítica venga de quienes, siendo republicanos, crean el laicismo a ultranza.

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