Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
Pues sí, vaya porquería de Feria del Libro ha montado en la Isla la chica esa de los rizos afro, la que era jefa de prensa de Cabada y ahora la han puesto de concejala de Cultura, cuando a saber lo que sabe esta tipa de cultura, si es de Jerez y no ha ido nunca a un partido del Club Deportivo. Pero, claro, había que amortizar la obrita de la Plaza del Rey sin su Varela ni su caballo -que lo tienen guardado en un almacén porque ni Defensa lo quiere- y darle de comer a los negocios de alrededor, que son todos de los suyos. Pepa Pacheco, la concejala, no ha hecho lo que debía, es decir, limitarse a ir a la inauguración y hacerse la fotito de rigor, sino que para fardar de estilismo se la ha visto todos los días allí, fingiendo estar al pie del cañón, chupando cámara con sus rizos y sus gafas y sus pendientes de Frida Kahlo. ¡Pues no va y se pone a colocar sillas y a presentar autores ella misma! Qué poco saber estar. Si eres concejala y representas al pueblo de la Isla los que tienen que doblar el espinazo son los curritos, como toda la vida. ¡Será mamarracha! (Jerezana tenía que ser).
Yo no fui ni un solo día a la Feria porque nadie me invitó expresa y formalmente (son unos sectarios). A mí, que me he autopublicado tres o cuatro docenas de libros y que incluso en una ocasión fui accésit del Premio Puente Zuazo, en la época en la que era un concurso de nivel y no ahora que lo ganan mujeres porque tienen que ganar mujeres y punto. Aunque esta tipa sea jerezana se le han pegado pronto las cositas de los políticos isleños: nada más que ha llevado a la feria a gente de su cuerda, de Podemos. Ah, ¿que ella es del PSOE? Pero da igual, jamás iba a darle voz pública a alguien que criticara al Sanchismo… Bueno, sí, estuvo Lorenzo Silva, pero sólo le dieron una hora y media o dos para presentar sus libros y firmarlos. Al enemigo ni agua; vamos, que sólo le ofrecieron un vaso durante su presentación, a ver si se quedaba sin voz. Y qué me dice de que hubiera tantos Montieles en el programa, dando la brasa con Luis Berenguer, como si hubiera hecho algo en su vida aparte de traer hijos al mundo.
A mí me lo han contado, lo de la Feria, porque, como ya le he dicho, me niego a ir a estos churrieventos. Total, para lo que hay que ver, y que leer. Me sorprende que la gente abarrotara las librerías que estuvieron allí, cuando sólo compran novelas para regalárselas a quienes les caen mal. Lo sabe todo el mundo. Por eso yo no leo nada, sólo escribo. Y tampoco quiero ser uno de esos enchufados que van año tras año a presentar sus libros y a saludar desde arriba de la tarima a otros escritorzuelos que van a darles su apoyo. Gente cursi, poetas de mala muerte, críticos literarios, chusma que no la ha doblado nunca, en definitiva. Así que ya le digo, que conmigo no cuenten para el año que viene. Salvo que Pepa me invite a presentar mi nueva obra, claro está. Sí, Pepa, la chica esa tan mona casada con el hermano del Vera Luque; la que Patricia ha hecho concejala de Cultura con todo merecimiento tras currar a saco cuatro años.
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