El parqué
Álvaro Romero
Tono alcista
Tribuna Libre
La historia nos demuestra que el ser humano ha necesitado siempre un gran horror y destrucción para producir un cambio disruptivo en sus políticas internacionales. Se necesitó que varios dictadores cometieran los crímenes más horrendos, millones de muertos y una Guerra Mundial para que se extendiera la Democracia como sistema político. Se necesitó que se lanzara la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki para que llegara el período más largo de paz. Años de atrocidades, millones de asesinatos y guerras civiles para que se aboliera la esclavitud y se declararan los derechos humanos y de ciudadanía. Han sido siempre acontecimientos de gran dolor y sufrimiento los que nos han llevado a cambios ideológicos que cambiaron las cosas de verdad.
El colapso climático es el gran problema al que se enfrenta hoy la humanidad. “Es probable que los próximos años sean los más importantes de la historia humana” (Dra. Debra Roberts). Cuántas muertes necesitaremos en esta ocasión, en este momento trascendental de la humanidad, como consecuencia de desastres naturales para que desde la política nos obliguemos a impulsar acciones que implanten de forma urgente infraestructuras 100% renovables que abandonen toda energía que provenga de combustibles fósiles.
Ahora se están abriendo nuevos futuros en los que se producirán cambios enormes. Estamos viviendo en la transición de un mundo viejo hacia uno nuevo que se está diseñando a gran velocidad, con consecuencias sociales impredecibles en todos los campos de la vida humana. Pero si bien todos estos cambios radicales de nuestra forma de vida podrán tener una respuesta política en su momento para compensar los posibles efectos negativos, el cambio climático no puede esperar a que se tomen medidas cuando lleguen sus efectos más devastadores. Es ahora cuando estamos obligados a actuar.
Como Alcaldesa, desde el gobierno municipal, compramos vehículos híbridos, nos esforzamos por conseguir etiquetas Eco, cambiamos a bombillas leds, transformamos la calefacción de las piscinas públicas por combustibles bio, ponemos placas solares en los edificios públicos, incorporamos incentivos fiscales, creamos las concejalías de Acción por el Clima y Transición Energética, hacemos regulaciones y fomentamos el reciclaje. Pero soy consciente que estas acciones no son para nada suficientes, por lo que no dejo de tener presente siempre con este asunto, en mi cabeza, la maravillosa campaña de Greenpeace donde Zapatero, Merkel, Sarkozy ya envejecidos decían I´m sorry. We could have stopped catastrophic climate change… we didn´t.
Para que los gobiernos reaccionen a nivel internacional es necesaria una transformación cultural y una amplia presión y apoyo de la opinión pública. De todos/as nosotros/as depende que se adelante ese cambio cultural. Porque el cambio climático pone en peligro la existencia de la civilización y afectará a todos los aspectos de la vida y en todos los niveles: seguridad, sistemas alimentarios, infraestructuras, población, energía, salud, ciclones, pobreza, incendios, sequías, inundaciones…
En los últimos años se ha producido una considerable transformación respecto al clima. Los movimientos de base y la acción directa están cobrando impulso. La respuesta humana ha comenzado a coger carrerilla a todos los niveles y, aunque sigue siendo insuficiente y muy por debajo del nivel requerido, sin embargo la sensación de urgencia aumenta cada día gestándose poco a poco un cambio cultural en la sociedad. No menos cierto es que a la vez han aparecido ciertos retrocesos con la elección de gobiernos populistas, negacionistas y anticientíficos pero que están provocando en la sociedad por contraposición un efecto rebote.
Necesitamos convertir la acción climática en nuestra principal prioridad y ponerla por delante de otras políticas a nivel internacional. Hace falta una movilización y cooperación a nivel mundial antes nunca conocida. Albergo enormes esperanzas: el momento en que la población nos exija a los políticos respuestas ciertas está llegando de manera inevitable y la rapidez de las acciones podrá ser desde ese momento verdaderamente sorprendente. El apoyo social inducirá a instituciones y gobiernos poderosos a luchar contra el cambio climático.
Lo principal ahora es fomentar ese cambio necesario cultural para que, a su vez, se convierta en una clara prioridad en las políticas internacionales. Por ello, este año dedicaremos el 24 de septiembre en San Fernando precisamente a este hecho. Queremos levantar conciencias, fomentar un espíritu de reivindicación e informar de las acciones que desde los gobiernos locales debemos poner en marcha con urgencia y, lo haremos de la mano de Juan Verde.
Como defensor de las causas ambientales, la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático, Juan Verde colaboró con el ex Vicepresidente Al Gore para establecer y liderar filiales de su fundación, "Climate Reality Project". Actualmente preside la Fundación Advanced Leadership.
Juan Verde ha trabajado con algunas de las personalidades más importantes del mundo como los ex Presidentes Barack Obama y Bill Clinton, la ex Secretaria de Estado Hillary Clinton, el ex Vicepresidente Al Gore, el fallecido Senador Ted Kennedy y el ex Secretario de Estado John Kerry. Durante la administración del presidente Obama, ocupó el puesto de Subsecretario Adjunto para Europa y Eurasia. Juan Verde es un firme defensor de la lucha contra el cambio climático con una enorme formación en las universidades de Harvard, Boston, Georgetown y Tufts University.
El cambio cultural que proponemos tendrá que cobrar la fuerza suficiente para impulsar medidas de calado y de alcance internacional. Necesitamos a más personas como Greta Thunberg, que nos digan a la cara a todos/as los/as políticos/as y a los hombres y mujeres más poderosos/as del mundo, que estamos fracasando ante el medio ambiente. Oblíguennos, sacúdannos por la solapa, ayúdenme, pónganlos en las encuestas en los primeros lugares, presiónennos porque no llegamos a tiempo, dígannos bien fuerte que necesitamos tomar medidas de calado, que quemar combustible es dañino y que no debe ser aceptable a corto plazo.
Tengo la esperanza de que si levantamos conciencias convertiremos la acción climática en una de las principales prioridades políticas, pero depende de ese cambio cultural. San Fernando es una ciudad con conciencia y, al igual que en su momento aquí declaramos la libertad de imprenta, el derecho de ciudadanía y libertad, no vamos a permanecer ajenos ante la encrucijada de la humanidad en el cambio climático.
El 24-S de este año buscará alzar la voz y que se unan a ella más voces. El cambio político que sin duda se producirá a nivel internacional en este asunto será consecuencia de aprovechar el talento, la innovación, el compromiso y la responsabilidad, o lo será por causa del dolor, el sufrimiento y las catástrofes. Dependerá sin duda que sea consecuencia de la primera de las opciones, de que consigamos ser con urgencia suficientes las voces que exijamos un cambio disruptivo en la política energética a nivel mundial. #fridaysforfuture
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