El amor no envejece

H ace ya tiempo vi un cuadro de un clásico y famoso pintor italiano, Pietro Rotari, que se titulaba L’amore non invecchia. Se me quedó grabado, representaba a dos ancianos cogidos de la mano sonriendo, mirando al frente y con el referido título. Y pienso y creo que es verdad, el amor, el verdadero amor, no envejece, se mantiene siempre vivo. Hace tiempo participábamos en un cursillo prematrimonial que organizaba la parroquia. Me correspondía una parte, fisiología y psicología. Recuerdo que comentábamos a los novios el hecho de que es frecuente que cuando tras muchos años de matrimonio muere uno, al poco tiempo también muere el otro, quizás porque no resiste la soledad ni la falta del amor de su vida.

Habrá quien se ría de la frase y de su contenido, pero quienes han vivido mucho tiempo un amor saben bien que es verdad. Puede envejecer la persona, las dos personas, hombre y mujer, pero el amor, el verdadero amor no envejece. Y no es nada cursi ni melancólico. Se puede tener el corazón duro como una piedra, pero, si le llega la hora, se enamora como un loco y solo piensa en él.

Amores hay muchos. A un amigo, que nos produce alegría si tras mucho tiempo sin verlo te encuentras y le abrazas. Amigo es el vecino, más bien amigote; amigo es tu primo en mayor o en menor medida; amigo es tu colega, aunque sea por compromiso; amigo, además de hermano o sobrino, son los tales en su calidad de pariente. Amor lo que se dice amor es a tu hijo, que no hay más emoción en la vida cuando recién nacido lo coges en tus brazos y te embarga una alegría que te desborda. Amor es lógicamente tu padre, tu madre, tus hermanos…

Pero Pietro Rotari se refería, creo pensarlo así, al amor a una mujer de un hombre o viceversa. Amor de mejoramiento, de sin saber por qué ella te chifla, te vuelve loco de manera que solo piensas en ella, que a su lado te encuentras en el cielo, que si te alejas, te parece que estás en el desierto de Sahara. Y si entramos en detalles, es sublime la mirada encontrada, mirarse a los ojos, cruzando una mirada de ensueño, de verdadera fantasía. Y si procede como fruto de ese amor, el hijo, que es la fruta más dulce y entrañable de cuantas la naturaleza puede dar.

El amor no envejece, es verdad. Y además no se puede comprar ni vender. En todo caso se puede acabar cuando o no es verdadero o se gasta por el egoísmo de una parte o de las dos.

Porque el amor también necesita compartir, ceder algo de tu parte y de la suya y no yo yo y yo. Hay un dicho popular que tiene hasta gracia. Dice así: ¿Por qué todos los hombres tienen nuez y la mujeres no? Contestación: Porque la mujeres tienen castaña. En todo caso es una broma , porque castaña la tienen también muchos tíos, que además se manifiesta más explícitamente cuando vive junto a su pareja mucho tiempo y solo quiere tener razón.

P.D. Te deseo que tu amor no envejezca, que se mantenga siempre vivo. Es una felicidad compartida, de lo mejor que existe sobre la Tierra. Tenía razón el pintor italiano. Quizás y sin quizás es un rayo del mismo Dios en tu corazón.