El amor no envejece ...

Este es el título de una pintura de un famoso pintor italiano. El título está en italiano “Il amore no enveyece” o algo parecido. Siempre me llamó la atención la referida pintura en la que figuran dos ancianos él y ella cogidos de la mano y me recuerda haber visto en algunas ocasiones a dos ancianos ya, o bien cogidos de la mano o ella del brazo y en sus rostros la satisfacción o el embrujo de un querer. Y es así, cuando un hombre y una mujer llegan a la vejez y siguen queriéndose como cuando de jóvenes se enamoraron. Y como es lógico pensar que durante toda su vida se han llevado bien, de manera que otras pasiones que pueden surgir, no han empañado su viejo amor.

Los ojos, la mirada es lo más expresivo que puede tener una persona. Puede hablar y así expresar directamente sentimientos y opiniones, pero con una mirada se puede decir muchas cosas y de una manera muy prudente u oportuna. Pongamos ejemplos … mirada torva, mirada risueña, mirada sinuosa, mirada colérica, mirada amistosa, mirada insinuante, mirada perdida, mirada tristona … etc, etc.

No seamos tan severos y despreciativos con todo ello. El amor de una madre con su hijo o del hijo a una madre, o de un amigo a otro amigo, o de un hombre a una mujer de la que está enamorado y al inverso de ella a él. El amor es todo lo contario, a la crueldad, al desprecio, al egoísmo, a la mentira o simplemente a pasar de algo o de alguien. Y lo más triste es que podemos pasar de un amor sencillo y limpio, a la mirada cruel o maldiciente.

Desde aquel día en que de lejos se miraron y luego se suscitó el encuentro y paso a paso se enamoraron con un amor sincero y limpio se puede pasar al tedio y a la enemistad. Pero ¿quién no se acuerda, si todavía está enamorado, de aquella mirada que te hicieron ha ya tanto tiempo, pero que te cautivó y te encendió el alma? Es muy fácil con el tiempo olvidar y hasta reírse de aquella mirada de antaño, que ni siquiera su buen cuerpo o sus demás encantos te atrajeron y te cautivaron.

Todo esto es un canto al amor de aquellos dos viejecitos del cuadro que suscribió el pintor con la sencilla frase “el amore no envejece”. A pesar de que el tiempo y las peripecias y barrancos de la vida te hayan hecho persona dura y esquiva, que hasta te ríes de aquella historia. Pero no es nada malo que vuelvas a recordar y suspirar por aquella inocencia en tu mirada para con ella. Y que tu corazón se haya vuelto tan duro que solo tenga cabida para el odio o la maldad o simplemente para “el pasar de todo” y llamar cursilada a lo que antes te volvia loco.

P/D YO ruego, pido a quien por casualidad o por sus conocimientos se acuerda o sepa el nombre del referido autor italiano, me lo haga saber o bien cuando me vea. Y si me llamas cursi por lo que escribo, pues me aguanto, pero todavía a mi edad me acuerdo de aquellos ojos, aquella mirada.