Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
El Alambique
Son uno de los grandes inventos del planeta Tierra. Captan agua y sales minerales del suelo y con el C02 de la atmósfera fabrican, por medio de la fotosíntesis, ese increíble proceso que el hombre no ha conseguido imitar, materia orgánica.
Los árboles embellecen nuestras ciudades, nos dan sombra y disminuyen la temperatura, favorecen la biodiversidad y tienen beneficios psicológicos positivos.
Por eso sorprende el desprecio que algunas personas y responsables políticos tienen hacia nuestros árboles. Resaltan todo tipo de supuestas consecuencias negativas -que si ensucian, que si los pájaros se cagan en los coches, que si tapan las fachadas…- para solicitar o autorizar su tala.
En El Puerto hemos perdido en las últimas décadas miles de árboles. Lo que eran bellas calles y avenidas con densa arboleda, formando auténticos túneles verdes, como en la Avenida de Andalucía, se talaron con una mera orden del alcalde de turno. Plazas antes con frondoso arbolado -como las de Los Geranios o Mª Auxiliadora- son ahora ardientes y desoladas explanadas de cemento. De la arboleda perdida de Alberti no queda casi nada. Una carretera jalonada de pinares y retamares es ahora una muralla de edificios.
Muchas ciudades se están preparando para el creciente cambio climático, para hacerse más resilientes. El arbolado es la mejor defensa contra la subida de temperaturas y las olas de calor. Una calle arbolada tiene hasta 10 grados menos que una al sol. Una acera con sombra puede tener hasta 30 grados menos que el asfalto soleado contiguo. Es paradójico que, mientras se cortan más árboles, se compren más aires acondicionados. Y los que piden que se corten árboles exigen a los ayuntamientos que instalen toldos para sombrear las calles.
Necesitamos reconvertir las ciudades para que el verde del arbolado domine sobre el asfalto y el hormigón. El objetivo de las ciudades más avanzadas, las que tienen una mejor calidad de vida, es tener un 30% de cubierta arbolada, con grandes parques, que en algunos casos son auténticos bosques con abundante fauna silvestre, interconectados por pasillos verdes. Que se pueda circular por la ciudad, entre barrios y con el centro, por zonas arboladas, a la sombra.
Hay que cambiar de mentalidad, pero también a los técnicos y políticos del medio ambiente.
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