El Alambique
Juan Clavero
Negacionistas e incompetentes
Más allá de lo amarillo
Quedabael segundo artículo de lo ocurrido en la Champions. El anterior, o número uno, se titulaba El chaleco de Ancelotti. Dejemos el usadísimo bolero y… Pero me dice uno en un bareto muy cercano a mi iglesia prefe, la de Santa María: “Si tiene usted mano o amistad con Anchelotti dile que los lunes, en la Paz, venden unos chalequitos apañaos y mu guapos, baratitos. El pollo era madridista y quería que el de la ceja izquierda en el frontal fuera arreglaíto a los partidos. “Vale, en cuanto que lo vea, se lo sugiero”. “Tómate lo que quiera usté”, respondió. Ni Ancelotti es amigo mío ni na . Y si lo fuera, cómo voy yo a decirle eso, por Dios, con el cariño que le tiene al chaleco, siempre puesto. Lindo, con sus botoncitos.
Bueno, vete ya pa los Aletis, me dice al oído un loro que se distrae comiendo pipas tor día. Por favor, no me malinterpreten, como haría el Beni. Pues los dos ganaron fuera, ole. Aunque el del alocado Simeone (que mal me ha sonado siempre ese apellido, si meo…) tuvo papa, mucha papa, pues los antipáticos de París jugaron tela marinera (de Elcano) al furbo, y no marcaron más goles porque me he dado cuenta de que Luis Enrique, actualmente es gafe. Lo es desde 2015, cuando ganó una Champions. Desde entonces, derrotas y empates y Alquelafi cabreao, templado. Y venga a gastar petrodólares pa ver a Mandy, ese maravilloso lateral, levantar la copa que todos quieren. “Déjate ya de ironías”, me chilla el loro mientras silva el Toreador de Carmen. Este loro sabe más que un alumno de la ESO, ohé, dice mi amigo Enrique, que es de los colchoneros de Neptuno.
El de los saltos y el no parar y chutar al aire en los partidos, “siempre de negro hasta los pies vestido”, como diría Manolo Machado, aún no se ha dado cuenta de que el estilete más fino que tiene es Correa. La prensa de Madrid lo llama Angelito, lo que parece un mariposeo sospechoso. El pequeño le ganó el partido. Igual que le aguó la fiesta al Chaleco (sinécdoque de Carlitos) en el Metropolitano. A mí, que me quiten al buen Griezman, al inglés del galán moño bajo y al porterazo Oblak, yo, me quedo con el angelito. Que es que es muy bueno.
Los fallos en el área del Saint-Germain fueron imperdonables. Así, quién podrían ganar. Con razón ofreció el Jeque 250 kilos por Lamine Yamal. Allí no las mete nadie, ni el misterioso Dembelé. Olé.
El acorazado del Bocho, que cada día aporta más players a la maravillosa selección española de Luis de la Fuente, perdía, pero tiró palante y en dos minutos arregló el partido con ese ¿vasco negro? que cada día está mejor y un muchacho nuevo que han sacado de Lezama. Esta vez no marcó su hermano Nico, que tan estupenda Copa de Europa hizo, que junto con Lamine, trajeron locos a los franceses y a los... A todos. A seguir así, atléticos. Ambos.
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