Balance municipal de Cádiz 2024: Otro año... ¿perdido?

Las grandes apuestas del Ayuntamiento y los proyectos pendientes desde hace tiempo en la ciudad vuelven a pasar por alto en estos últimos doce meses, aunque sí se han dado pasos para futuras intervenciones

Los camiones de recogida de basuras siguen sin ser sustituidos por los nuevos, desde febrero de 2023.
Los camiones de recogida de basuras siguen sin ser sustituidos por los nuevos, desde febrero de 2023. / Julio González

31 de diciembre 2024 - 07:00

Último día del año. Toca retroceder con la mirada y la memoria 365 días para repasar qué ha ocurrido en Cádiz a lo largo de este 2024; y no precisamente porque los distintos partidos políticos, las administraciones y los equipos de gobierno y de oposición no hayan hecho cada uno sus respectivos balances del año, algunos hasta por triplicado.

La primera impresión que deja el 31 de diciembre es que 2024 no ha sido un buen año para Cádiz. No lo ha sido a la hora de poner en marcha las grandes apuestas del nuevo gobierno municipal, el que preside Bruno García; ni tampoco lo ha sido en cuanto a esos grandes proyectos que acumulan años de retraso al que se ha sumado también 2024.

Año y medio se ha cumplido ya desde que el PP recuperó la Alcaldía de Cádiz; y aún parece que el gobierno sigue en proceso de aterrizaje o con ataduras que le impiden desarrollar las políticas y proyectos que supuestamente le han llevado a gobernar. Lo cierto es que el Ayuntamiento sigue sin arrancar con la normalidad que se le debe presuponer, acuciado por los problemas de personal que transitan en un muy lento proceso de solución; y por la administración propia de cada trámite, que en el caso de Cádiz se antoja excesivamente lento.

Sea por lo que fuere, termina 2024 sin que se hayan iniciado las obras de construcción de ese centenar de nuevas viviendas que el alcalde anunció a los 100 días de su llegada; y ya lleva 564 en el cargo. Tampoco han llegado aún los nuevos camiones de recogida de basuras ni el resto de la maquinaria que está llamada a mejorar el estado de limpieza de la ciudad (donde sí hay que reconocer una mejoría en los últimos meses) y a borrar el pensamiento de que la ciudad está tirando cada mes mucho dinero a la basura, nunca mejor dicho, por pagar un precio por un servicio que ni de lejos se está dando con el 100% de las prestaciones fijadas en el contrato. De igual modo, ha sido incapaz el Ayuntamiento de dar salida al nuevo contrato de autobuses urbanos en este 2024; también lleva la elaboración del pliego en este último año y medio en el mismo punto en que la tuvo Martín Vila en los ocho años anteriores: “ultimándose”, que es la respuesta que suele dar el responsable de turno cuando se le pregunta.

El nuevo servicio de ayuda a domicilio, la reforma del albergue (anunciada también nada más llegar a la Alcaldía Bruno García), el nuevo albergue de Soledad, el plan de choque de mantenimiento urbano, la reforma de las paradas de autobús de la Avenida, la bajada de precio de la zona azul (al 50%, según prometió en campaña el PP), el pabellón Portillo… Todos estos expedientes, entre otros muchos, han visto pasar 2024 sin cerrarse y ponerse en ejecución. De ahí esa sensación de año en blanco.

No obstante, sí hay que reseñar que en buena parte de estos casos se han seguido dando pasos que hacen pensar que 2025 pudiera ser un buen año, o el año, de muchos de ellos. El Portillo, por ejemplo, ya tiene empresa que redacte el proyecto de ejecución, aunque tampoco será el próximo año cuando empiecen las obras según las previsiones que maneja el Instituto Municipal de Deporte. Las nuevas promociones de viviendas empezarán a construirse en cuestión de meses, semanas incluso, tras culminar los procesos de adjudicación de obras. Y los expedientes de contratación del servicio de Ayuda a Domicilio, de la reforma del albergue, o del plan de mantenimiento urbano están ya listos o en su fase final, lo que hace pensar que todo eso se pondrá en marcha o ejecutará a lo largo del nuevo año.

Es decir, que desde este prisma no se podría considerar 2024 como año baldío, sino como otro año de silencioso avance administrativo que conducirá a la materialización de todos esos propósitos y tareas que tiene pendiente el Ayuntamiento o que se propuso a su llegada del nuevo gobierno. Ya hace unos meses se pronunció el alcalde en esta línea, asegurando que en pocos meses se iba a ver de manera rotunda la acción de su gobierno y el avance de la administración local, aunque esa previsión de Bruno García se estaría retrasando, ya que no será finalmente en este 2024.

El resto de administraciones

Lo mismo podría decirse de esas grandes actuaciones pendientes de otras administraciones en la ciudad. El año que hoy finaliza no ha servido para empezar las obras en la Ciudad de la Justicia, para asegurar el proyecto de construcción de un nuevo hospital, o para definir el uso de Valcárcel; ni tampoco garantiza el plan de actuación en las murallas, ni se ha podido inaugurar el hotel de Puerto América, ni se ha transformado el entorno de la estación de tren, ni han comenzado las obras del nuevo edificio de la Administración del Estado en el solar de la antigua Subdelegación en la Avenida, ni se ha cerrado la operación del Cerro del Moro, cuyos vecinos siguen anunciando movilizaciones y denunciando problemas con la Junta; ni se ha suscrito el nuevo convenio urbanístico entre la Junta y el Ayuntamiento; ni por supuesto se ha redactado proyecto alguno para la ampliación del Museo de la Plaza de Mina. Por citar algunas de las causas pendientes que terminan el año prácticamente igual que lo empezaron.

Propuesta de diseño de la futura Ciudad de la Justicia en Loreto.
Propuesta de diseño de la futura Ciudad de la Justicia en Loreto. / J.A.

Las únicas novedades en relación a todos estos proyectos se limitan a anuncios, muchos de ellos no apoyados en expedientes ni documentos, que han supuesto cambios de orientación manteniendo el mismo horizonte y la misma parálisis. Como ha ocurrido este año con la Ciudad de la Justicia, donde se ha conocido el proyecto de unos inversores para construir un gran edificio que luego alquilarían a la Junta durante 27 años para permitir desbloquear una operación que se ha desmadrado en lo económico; propuesta privada que sigue estudiando la Junta, antes de aceptarla e iniciar el oportuno proceso de licitación.

Lo mismo ha pasado con Valcárcel, para el que 2024 ha servido para confirmar que Educación no se trasladará a Cádiz pero que el edificio sí tendrá uso universitario que ahora andan intentando descifrar la UCA, la Junta, Diputación y el Ayuntamiento; para una vez acordado ese nuevo uso, hablar de la cuestión económica y de la parte que aportará cada administración. Una especie de vuelta atrás, a octubre de 2022, que fue cuando llegaron a un primer acuerdo de intervención conjunta que ya es papel mojado.

Interior del edificio de Valcárcel, abandonado desde hace años.
Interior del edificio de Valcárcel, abandonado desde hace años. / Lourdes de Vicente

Dando vueltas anda también el hospital regional, ahora pendiente de que el Ayuntamiento (y no la Junta, que es la que tendría que liderar la gestión) encuentre una fórmula para hacerse con el suelo que acepte la Zona Franca; algo que se antoja difícil, por más que el alcalde asegure no rendirse y seguir trabajando en la operación. En paralelo, la Junta sigue hablando de un Plan Funcional que supuestamente está hecho pero que nadie ha visto, y cuya valía en cualquier caso se antoja complicada teniendo en cuenta que aún no se sabe qué suelo exacto, ni qué altura, tendrá el futuro complejo sanitario. Si llega a hacerse realidad alguna vez…

También ha pasado un año 2024 de trámites invisibles el proyecto para desarrollar el antiguo de la antigua fábrica de Navalips y sus alrededores; trámites que aún tienen recorrido por delante a lo largo de 2025, antes de que se pueda poner el suelo a disposición de inversores y puedan empezar a construirse las viviendas previstas y la urbanización de ese nuevo barrio que asoma en el horizonte de la ciudad.

La integración muelle-ciudad es otro proyecto al que se le ha atragantado 2024, limitándose la tramitación por ahora a la entrega del expediente que precisamente hace unos días hacía la presidenta de la Autoridad Portuaria, Teófila Martínez, a su compañero de partido y antes concejal a su cargo Bruno García, como alcalde de la ciudad. Y a la espera sigue la ciudad de que empiece la construcción de ese nuevo edificio en la Avenida llamado a aglutinar buena parte de la administración general del Estado, en un proyecto reducido considerablemente y que aún no ha salido a licitación. Otro edificio administrativo, en este caso de la Junta de Andalucía, deja el año 2024, con ese sorprendente anuncio de ocupar parte del enorme solar de Tolosa Latour con un equipamiento que se ha presupuestado en 16 millones de euros y que incluso ha sido dotado con una primera partida para el próximo ejercicio.

Interior del antiguo 'Instituto del Rosario' en Cádiz
Interior del antiguo 'Instituto del Rosario' en Cádiz / Julio González

El año que hoy acaba sí ha servido para conocer que, salvo posteriores cambios de criterio a los que la ciudad está ya excesivamente acostumbrada, el antiguo IES Rosario será sede de la Escuela de Hostelería de la Diputación, que abandonará el recinto fiscal de la Zona Franca; que la antigua escuela de Náutica va a salir a subasta para que algún privado ejecute un equipamiento de uso dotacional (todo apunta a una residencia de estudiantes); que el solar del Campo de las Balas también será enajenado para culminar el paseo por el perímetro del casco histórico y para ganar otro hotel; y que un privado va a construir viviendas a precios limitados en el solar de Puntales que hasta ahora ha servido de improvisado aparcamiento. El inversor privado, por tanto, al rescate de lo que las administraciones han demostrado ser absolutamente incapaces de ejecutar por sí mismas.

Se va, por tanto, otro año en el que la ciudad ve imposibilitado su avance; en el que los proyectos que parecían seguros se han tambaleado y cambiado su rumbo; en el que los nuevos anuncios de meses atrás siguen en el mismo punto; y en el que las administraciones siguen empleando excesivo tiempo en todo ese proceso previo a la materialización de los proyectos y las obras que la ciudad necesita no desde el 1 de enero de 2024, sino desde mucho antes. Acaba 2024 y prácticamente nada de lo que quedaba pendiente se ha realizado. ¿Otro año perdido?

El gran cambio, en lo festivo

Algo incontestable que sí deja 2024, donde sí se ha evidenciado un rotundo cambio con la inercia que llevaba la ciudad en los últimos años, es en la parte festiva. A nadie se le escapa el contundente cambio que ha experimentado Cádiz esta Navidad, con un alumbrado que ha triplicado la apuesta municipal y ahora puede considerarse un éxito a tenor del ambiente que se viene generando en la calle desde que fueran encendidas las luces a finales de noviembre, con muchos visitantes atraídos por la espectacularidad del exorno navideño y de la oferta y programación que también se ha intensificado.

Meses atrás ya se observó un cambio de tendencia y un salto cualitativo a raíz de la celebración del Cádiz Fenicia, una apuesta exclusiva del nuevo gobierno municipal que tuvo una gran acogida y para la que se adoptaron decisiones de calado como contratar a La Fura del Baus para el espectáculo que se desarrolló en la Caleta o a un fallero de Valencia que hizo el monumento temporal ubicado delante de las Puertas de Tierra.

Esta apuesta por mejorar los eventos festivos y por apostar por esta vía como fuente de recursos para la ciudad (sobre todo en los sectores de servicios, hostelería, comercio y hoteles) se ha evidenciado también en el apartado de conciertos, donde este verano ya hubo una tímida avanzadilla municipal que ha reforzado el Ayuntamiento con los anuncios ya realizados tanto para Carnaval como para el próximo verano (cuestión aparte de los gustos o las valoraciones respecto a las contrataciones realizadas).

Hasta fiestas menores, como los juanillos, parecen estar en la agenda del PP, que ha sacado a licitación la construcción de un monumento efímero de 6 metros de altura para que arda en la noche del 23 de junio.

Por delante tiene en 2025 el gobierno local eventos como la primera Sail GP de Bruno García, el Cádiz Romana o la inminente salida el próximo día 11 del Juan Sebastián Elcano, como elementos que permitirán valorar si esa apuesta sigue siendo contundente y si la ciudad sigue avanzando en positivo en relación a esta materia festiva.

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