¿Un balance con sabor a despedida?

Letras capitulares

Juancho Ortiz comparecía el jueves en una rueda de prensa que parecía mucho más que un simple análisis del año político que va a acabar

No desveló nada, pero todo sonaba a adiós

Juancho Ortiz y el resto del grupo municipal, este jueves por el pasillo del Ayuntamiento.
Juancho Ortiz y el resto del grupo municipal, este jueves por el pasillo del Ayuntamiento. / C.Z.

30 de diciembre 2022 - 06:00

Quería ser un balance más de final de año, una convocatoria propia de diciembre. Pero el interés no estaba en lo que Juancho Ortiz iba a decir –más o menos previsible teniendo en cuenta las intervenciones en los plenos, las declaraciones anteriores o las manifestaciones lanzadas en comunicados, entrevistas y publicaciones en redes sociales de enero hasta esta fecha– sino en lo que no quería decir, en lo que evitaría responder o en lo que muchos piensan que está únicamente a falta de confirmar.

La convocatoria a los medios para hacer balance del 2022 era este jueves, antepenúltimo día del año, mucho más para Juancho Ortiz. Y él lo sabía. Por eso compareció rodeado de su equipo (a excepción de José Carlos Teruel, por motivos de trabajo) y provisto del capote que viene sacando a pasear prácticamente desde que se celebraron las elecciones de 2019 para responder –media verónica por aquí, derechazo por acá– respecto a su futuro. “Insisto en que estaré donde el partida quiera que esté”, volvió a decir.

Pero frente a todas las ocasiones anteriores, la de este jueves 29 de diciembre parece ser una comparecencia diferente. Mucho más distendida, con un Ortiz aún más afable de lo habitual, muy relajado, como si se hubiera quitado un peso de encima (el de saber si repetirá o no como candidato). “En la amistad, en el amor y en la política no se pueden hacer previsiones”, lanzaba ante las insistentes preguntas de los periodistas, que ya no saben cómo preguntar o a quién recurrir para que el PP resuelva de una vez la incógnita del candidato.

Juancho Ortiz, que asumió en 2019 un reto nada agradable de sustituir a Teófila Martínez y de construir el nuevo PP municipal, quedándose al final de este mandato como último mohicano de aquel gobierno popular, ya sabe qué papel jugará en mayo de 2023. Su mirada, su rostro, sus respuestas así lo indican; la fidelidad a su partido le impiden desvelarlo hasta que algún jerifalte de Génova lo determine. Y su intervención como cierre de este 2022 tenía cierto halo de despedida, más allá del año en sí. Hasta tuvo ocasión el concejal de adentrarse levemente en el terreno interior –y siempre a preguntas de los periodistas– para asegurar que estos años de oposición “ha sido muy gratificante trabajar con mi equipo, desde otra perspectiva a cuando hemos gobernado, pero siempre trabajando por la ciudad”.

“Al mismo tiempo, ver cómo la ciudad se está cayendo a pedazos, es una decepción”, confesaba el concejal, que en el repaso de ayer que fue mucho más allá de lo estrictamente relativo a 2022 volvía a lamentarse de cómo el PSOE ha rechazado estos años hasta en tres ocasiones una moción de censura “en la que incluso propuse que habría alcalde socialista los dos últimos años y que renunciaba a mi cargo de concejal”.

23 días como máximo –aunque esto de las cuentas para el candidato del PP empieza a convertirse en una quimera– tiene el partido para anunciar de una vez quién será su opción para la Alcaldía de Cádiz, ya que el 21 de enero quiere celebrar un acto con los candidatos de todas las capitales. Tres semanas, en el peor de los casos, para resolver la ecuación que con más cuidado y lentitud está asumiendo un partido hasta ahora acostumbrado a resolver de un plumazo eso del candidato en Cádiz. Y cuatro meses tiene aún el grupo municipal por delante hasta que el mandato de la actual Corporación se de por vencido en abril. Pero pese a estos plazos, la comparecencia de ayer de Juancho Ortiz tenía ciertos aires de despedida, por más que asegure no saber “qué pasará en el futuro”.

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