Baloncesto español

Aunque el devenir de España en los JJOO sea probablemente efímero y pese a que de las derrotas se aprenda más que de las victorias, que nos quiten lo bailao

08 de julio 2024 - 07:49

No me apetece hablar de la imputación delictiva de Begoña Gómez, el doble DNI del juez Peinado, ni las suspensiones de declaraciones porque a mi entender la noticia de la semana es que la selección española de baloncesto se ha clasificado para los Juegos Olímpicos de París que comenzarán en apenas tres semanas.

El equipo dirigido por Sergio Scariolo se ha ido encontrando con todo tipo de piedras en el camino: las lesiones del culé Alex Abrines -un tirador élite de triples-, del madridista Alberto Abalde -un currante- y, por último, de Juancho Hernangómez, el polivalente 3-4, que ha estado sin jugar todo el preolímpico. Eso ha provocado que el seleccionador haya tenido que tirar de los veteranísimos Sergio Llull y el casi retirado Rudy Fernández, para el que cada partido, literalmente, podría ser el último, de Lorenzo "de Albacete" Brown y de Willy Hernangómez, que ha estado imperial.

En un torneo clasificatorio durísimo en el que han caído equipazos como la selección de Luka Doncic o países importantes como Finlandia, Letonia, Croacia o la República Dominicana, "la Familia" ha dado el do de pecho hasta el último momento. Da toda la pinta, eso sí que no lo niega nadie, de que está en un período transitivo: los grandes nombres que dieron la gloria a nuestro país están abandonando el baloncesto uno tras otro y los juniors de oro 2.0 aún tienen camino por recorrer. Tras las retiradas de Navarro, los hermanos Gasol, Calderón, Felipe Reyes, Raül López, Sergio Rodríguez, Alex Mumbrú, Jorge Garbajosa y la situación pre-vacacional de Ricky Rubio, hemos conocido la retirada del penúltimo de los creadores del "muro", Víctor Claver, cuyo número 10 fue portado por Juancho Hernangómez precisamente en el partido en que se lesionó.

Si bien es cierto que hay gran cantidad de jugadores jóvenes con un potencial impresionante, parece que los Aday Mara, Baba Miller, Izan Almansa, Sergio de Larrea, Eli Ndaye o Hugo González, tienen aun tiempo por delante para unirse con la camiseta roja a los ya consagrados Juan Núñez, Darío Brizuela, Usman Garuba o Santi Aldama. Aunque es probable que sea menos del que esperamos.

Los expertos ya han advertido en muchas ocasiones de la necesariedad del regalo de minutos y responsabilidades a los jóvenes jugadores españoles en una liga Endesa en la que lo que menos hay es, precisamente, nacionales. Aunque el devenir de España en los JJOO sea probablemente efímero y pese a que de las derrotas se aprenda más que de las victorias, que nos quiten lo bailao. Es una experiencia máxima -serán los sextos juegos de Rudy- y hará que comiencen a sentarse las bases que nos lleven a volver a ser los reyes del basket europeo en dos o tres campeonatos más. Anotado queda en esta bitácora.

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