Beardo planta un árbol

Beardo se ha ido a la Argentina, pero no como tantos miles de emigrantes españoles que cruzaron el Atlántico para buscarse una mejor vida, sino en misión comercial. Para ello se ha rodeado de un séquito de expertos en relaciones internacionales. Un lujo tener un alcalde con tanta proyección internacional.

Aunque no se sabe quién ha pagado el viaje ni el objetivo del mismo, las malas lenguas ya se han desatado denunciando que se lo pagará la Diputación, de la que es algo así como un ministro de asuntos exteriores, y a sus amigos y amiga… pues ya se sabrá. Nuestro alcalde ha puesto en un aprieto a su partido y a la Diputación, que ahora hacen malabares para justificar esta estancia vacacional en la Argentina de Milei.

A Beardo lo ha entrevistado en una televisión la pareja de Milei, eso sí, con la condición de alabar al líder ultraderechista, lo que Beardo hizo sin complejos. Con Beardo sobran las encuestas, con hablar con un taxista o un comerciante ya ha pulsado la opinión mayoritaria del país. Beardo muestra su admiración por un político desquiciado y peligroso, que tiene como asesor a su perro muerto, que está desmantelando el Estado y los servicios públicos (¡Que cada uno se pague el suyo, carajo!), con el que la pobreza afecta ya a más de la mitad de la población, que suprime libertades y aumenta la represión, que hace del insulto y descalificación (y la motosierra) su único argumento. Beardo, por coherencia, se debería afiliar a Vox.

Sus asesores han tenido una importante función. Caraballo, por su alta cualificación, ha ejercido de traductor del argentino y de intermediario en el mercado de cereales; seguro que ha conseguido una bajada del trigo y del pan para El Puerto. Las malas lenguas dicen que lo que ha subido es el precio de la carne de ternera, por la alta demanda que ha provocado su presencia en los asadores. Garay a lo mejor ha ido a buscar un lugar para su exilio por sus problemas judiciales. A Saldaña, el PP, que no sabe qué hacer con él, lo ha mandado de viaje. Y su amiga…, a espera de explicaciones.

Eso sí, Beardo ha plantado un árbol, un eucalipto autóctono del parque Calderón. Sólo le falta plantar otros 1.195 para compensar los talados por orden suya y de sus antecesores del PP en estas dos últimas décadas.