Canción de cuna para el redentor

La virgen está lavando/y tendiendo en el romero./ En los olivos no quiere./Los olivos le dan miedo./ Que ha visto la piel del árbol/ y cruces para el tormento/y cortezas retorcidas/abriendo nudos abiertos/bocas de corteza dura/ mordiendo, siempre mordiendo./ El cedro es viejo y más duro./María, no tengas miedo./Soy carpintero y sé cuándo / la madera está mintiendo…/ No tiendas en el ciprés,/ ¿pero el pino? ¿el roble? Es cierto/que la madera distingue/ vetas, nudos y misterios…/ Que hay maderas para muebles/y maderas de sepelio…/Tiende mujer, que el aroma,/del pino perfuma el viento…/ Pero María que es madre/pero María que es verso/sólo busca la retama,/la ramita del romero…/ Nada que ofrezca a la muerte./Altura, desgarro… y miedo./

La virgen piensa en Egipto/en Nazaret u otro pueblo/ donde la saga de Herodes/ no ejerza su cautiverio/ los azotes, las espinas/ que como madre ve en sueños…/

Señora ven a la Isla/ la salicornia es remedio/ para tender lo que lavas/ que el salicor es muy recio/ y perfuma con sapinas/ el saladar y el salero/. Que en gallinera hay salinas/ la de Belén que ya es suelo/ pero conserva ese nombre/ para que nazca profético/ Belén Éfrata se llama/ (Miqueas dio su argumento)/.

Por favor, Virgen María/ que el puente guarda silencio/ no dejará pasar tropas/ ni sacerdotes del templo./ Jesús crecerá más sano/ los peces de aquí, yo entiendo/ son sabrosos, muy jugosos/ sobre todo los de estero./ O ven a la Casería/ o donde no sientas miedo/ que la casa de Pilatos/ está en Sevilla/ que es lejos./ Que al menos su vida oculta/ que al menos todo ese tiempo/ carpinteros de rivera/ de Arsenales y trebejos/ ocuparan con trabajos/ para José y el pequeño./ Vendrán los reyes de Tarssis/ que Huelva no queda lejos/ para astrólogos y magos/ que adoran su nacimiento./ Le ofrecerán sal y púrpura/ que reconoce el misterio/ purpura de emperadores/ para el mismo rey del cielo. /Que la cañailla tiñe/ entre lisas y cangrejos./ Y está la Iglesia Mayor y el Carmen/pero hay más templos/ con imágenes de ti /cuando se cumpla el misterio/ con nombres y advocaciones/ que la fe se vive dentro./

Ahora lava, María./ y tiende sobre el romero/ o donde la sarcocornia crezca más alta del suelo/ o tiéndela en la retama/ no sueñes, no tengas miedo/ que tu Isla reza siempre/como un portal bajo el cielo.