Manuel Campo Vidal

Cataluña quiere volver a liderar España

25 de marzo 2025 - 03:04

Quizás porque fue ministro de Sanidad durante el Covid, o ya era así de templado cuando comenzó como alcalde de La Roca del Vallés, el caso es que la conferencia en Madrid de Salvador Illa, presidente de la Generalitat de Cataluña, fue lo más parecido a suministrar un ibuprofeno a la audiencia empresarial, política y periodística que le escuchaba. Relajante de la inflamación, antipirético y analgésico. Especialmente apreciado ese tono en el Madrid bronquista donde rompen los oleajes políticos de todas las intransigencias. Es ese espacio definido como “todo lo que queda dentro de la M-30”, la circunvalación de Madrid, donde se respira un clima de crispación que, afortunadamente, no se comparte en el resto de España; salvo en situaciones de crisis, como la vivida en Cataluña en torno a 2017.

Hacía mucho tiempo que no se veía tal concentración de líderes empresariales en una conferencia. Los presidentes del BBVA, Redeia, Repsol, Aena, Enagás, Cisco Systems, Farmaindustria, Paradores, Cámara de EEUU en España, y así sucesivamente. Directores de medios de Madrid y Barcelona. La vicepresidenta María Jesús Montero y los ministros Bolaños, Hereu, Ángel Víctor Torres y otros políticos como Duran i Lleida. Mensajes claros: “No es tiempo de provocar confrontaciones baldías que nos debilitan a todos”. O “si Cataluña lidera, España avanza y Europa se fortalece”. Sólo una crítica: “Defendemos un sistema de crecimiento que tenga en cuenta a todos, pero no la acumulación insolidaria”. O aún más clara la alusión, sin citarla, a la presidenta madrileña: “¿Modelo económico de los derechos y deberes o modelo económico de los privilegios?”. Y un único pronunciamiento político al referirse al “Gobierno socialdemócrata que presido”.

Salvador Illa demostró que se puede propugnar el fortalecimiento de Cataluña y su decidida voluntad de liderazgo económico y político compartido en España, como fue en otras épocas de esplendor, sin tener que hablar de autodeterminación o de independencia. Hay otro camino y es seguro. Fue una intervención decidida que se alejó de la habitual bronca parlamentaria que genera tanto hastío. Se escucharon propuestas y proyectos. Y referencias a catalanes que hicieron historia para España, desde el general Prim, a los profesores Vicens Vives, Sardá Dexeus, Estapé y Mayor Zaragoza; o políticos como Pasqual Maragall, Narcís Serra o Josep Borrell. “Les pido que no tengan miedo a Cataluña (…) Yo les aseguro que Cataluña no le tiene miedo a Madrid”. Y en frases posteriores animó a las empresas a invertir en la Cataluña del “pos procés”, en el tiempo nuevo que está abierto. “Invertir en Cataluña es hacer una España mejor, y hagan esa inversión en seguridad y estabilidad en un momento de espesa incertidumbre global”.

La conferencia llegaba en el marco de su prioridad por recuperar la normalidad institucional dentro de España superando la década de ausencia en la gobernabilidad del Estado. Y después del retorno a Cataluña de algunos buques insignia que en su día cambiaron la sede social a otros lugares de España, porque temían quedarse fuera de la Unión Europea; léase, Banco de Sabadell o Criteria-Caixa, entre otras entidades. Esos viajes de regreso “generaron en la ciudadanía mayor emoción incluso de la que nos esperábamos”, admite Ángel Simón, presidente de Criteria. Aunque existe un pequeño sector que lo lee de otro modo, como el secretario general de Junts, Jordi Turull, que se despachó así: “Está bien que vuelvan y reconozcan su error”. Turull debería figurar en los libros de texto como ejemplo de la autocrítica, concretamente, de la ausencia de ella.

stats