¿Tú qué celebras?

En tres días comenzará el mes de diciembre, el mes sin duda de la ilusión.

El mes de diciembre, mes de la Esperanza; que casualmente dará paso al Año Jubilar de la Esperanza; año 2025 precioso el que nos viene.

Escribe el Papa Francisco: "Todo el mundo sabe lo que es esperar. En el corazón de cada persona, la esperanza habita como el deseo y la expectativa de cosas buenas por venir, a pesar de no saber lo que el futuro puede traer."

En este caso, estamos toda la vida siendo “Peregrinos de la Esperanza”, casualmente, lema de este Año Jubilar que próximamente estrenaremos.

El mes de diciembre, evidentemente es también el mes de la Navidad. Y sí, es necesario decirlo, porque entre tanta parafernalia, puede que se nos olvide; no la celebración, pero si el significado.

El consumismo, nos guste o no, hace tiempo que se ha apoderado de esta fiesta, haciéndola para muchos un bache económico por el que es obligación pasar.

Compramos más de lo normal; campañas de marketing basadas en descuentos que a veces son y otras veces no lo son. La rapidez con la que se compran y desechan productos en estas épocas, refleja una cultura de consumo impulsiva, donde el valor sentimental de los objetos puede perderse ante la novedad al tener otros más nuevos.

Que no soy yo el que esté diciendo que no se regale ni mucho menos, pero si digo que como en otras muchísimas celebraciones, llámese, cumpleaños, comuniones y demás; se nos ha ido completamente la olla.

Precisamente con estos actos celebramos todo lo contrario de lo que deberíamos. El nacimiento de Jesús representa la esperanza en un mundo más justo y compasivo. Celebramos reencuentros familiares con la

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esperanza de fortalecer lazos. Buscamos esa esperanza en el año nuevo que se nos presenta. Cantamos villancicos con esperanza y alegría. El Nacimiento de Jesús es un recordatorio de la esperanza de que la paz puede reinar en el mundo. Todo, siempre con esperanza.

Una vez leído esto. Dime, ¿Tú qué celebras en Navidad?