El clásico de San Flick

Unclásico sin igualdad, un clásico sin opositor, con un feble enemigo en frente, no es un clásico, es una parada castrense. Los clásicos son duelos al sol, un combate de sentimientos fuertes, a veces espesos, incluso malignos en ocasiones nunca deseables. Una olla podrida donde cabe lo mismo un troncho que un arroz con bogavante; y para el gaznate, un pirriaque /Nicanor o un Petit Mouton. En los clásicos se debe revivir el fifty-fifty. Si no… eso ni es clásico ni es nada. ¿Culpable? ¿Promotor? Un tipo que se ha colado sin chistar en el fútbol español. Un tipo sin afeitar que nos ha dejado a todos con la boca abierta. Abierta para bien, abierta para mal, según el cristal campoamorino con que se mire. “Recuerde, el alma dormida…” cómo estaba hace meses, sólo meses, el Barsótida. Dans la poubelle, expresaría artera, certeramente un feroz seguidor del Paris Saint-Germain de la Banlieu. En español de España, en roman paladino de Berceo: en la basura. Para un bajunillo de barriada chungui, en “la puta basura”. Perdón por el ex abrupto. Pero un clásico, a la larga, debe ser eso, justamente, un ex abrupto, un golpetazo en la frente, el “Parla” con que Buonarroti, ordena a su maravilloso “Moisés” de mármol de Carrara que hable. O como pensaría él: “Es tan bueno que sólo le falta hablar”. Un clásico debe ser una batalla tan campal como venial.

Bueno abandonemos el tono medio culturalista, para llegar a las tripas, a la sangre. San Flick ha hecho un equipazo con los retales que no quiso el entrenadorcillo Xavi/Javi. Pongamos ejemplos, muestras, que nos explican esta verbena que ha sido el clásico de Chamartín. Un anciano polaco que no creo que pasara de 25 goles el curso anterior, ya suma, solamente en la liga actual, catorce salmonetes en once partidos. Xavijavi pidió a gritos a un sustituto del perdido Busquets. Zubimendi, 60 kilos; el otro, el del Munich de Baviera, Kimmich, otra pasta gansa. San Flick llega y pone a un chaval del B que empezó rendir más o menos bien, pero se lesiona de coj… Para un año lisiado. Hansi ni se inmuta, llama a Casadó, otro chaval de B a quien X-J llevaba a los entrenamientos con los mayores todas las semanas para devolverlo al B el sábado. Ahora, tras la exhibición en la catedral madridista, se sale. Y no era la primera vez. Que le pregunten al Munich. De la Fuente, no tardará en llevarlo a la absoluta, segurísimo, y más con Rodri lesionado. Gratis, de la Casa. Un inciso, ¿para qué quiere el Real eso que llaman La Fábrica? Rafiña era un papafrita que no podían ni venderlo. Hoy lo llamamos Lamoto en casa. Lijó al Bayern y metió un poema a Lunin. Por cierto, Lunin nunca estuvo en la Luna, pero Militao y Rúdiguer, sí. Y Lucas-Balneario. En cuanto a Mendy nunca halló al de los braques y la cornisa frontal, el que facturó a nuestra España a ganar la Copa de Europa. Toma ya.

La huida libre de Kroos, rompió la cristalera de Carlo. Y no hay otro, difícil hallar otro igual. Ese déficit ha hecho enflaquecer al Madrí. Mucho. El duro, veloz Valverde nunca será Koos. Y nadie se ha atrevido a buscar un sustituto al otro anciano (Modric) del partido. No te quejes, entonces, Flor, pues esto estaba cantado. Uno, inexplicablemente metamorfoseado con mano de santo que viene de vapulear al mismo que le embutió 8 a 2 no hace tanto. Otro con lo que parecía una joya que iba a llevar a los blancos a… ¿Adónde? Si mejor no podían estar ya, 800 copas de Europa. Embapé (a la española) ha enturbiado más que aclarado un ataque que con dos peloteros de postín, uno por la derecha (Rodrigo), y otro por la izquierda (Vini) dejaba un hueco central para que por allí entrara ese trueno que fue en los primeros meses el elegante inglés. Todo se trastocó Anceloti no sabía si situar a La Tortue por la izquierda, que es su sitio, y mover a Vini al centro, donde nunca estuvo completamente cómodo. Se rompió un equilibrio triangular que cuando se enfrenta a un team bendecido, como hasta ahora parece estar el F.C. Barcelona, se nota mucho, se nota muchísimo, coño, cero/cuatro. Si hay goleada en un clásico, uno de los dos falla. No falla.