Melchor Mateo

El factor Teresa Rodríguez

Crónica de San Juan de Dios

La decisión que tome la líder de los anticapitalistas sobre su futuro político puede provocar un efecto dominó

Teresa Rodríguez vota en las últimas elecciones autonómicas en presencia de Kichi.
Teresa Rodríguez vota en las últimas elecciones autonómicas en presencia de Kichi. / EFE

15 de noviembre 2020 - 07:00

En el libro ‘El arte de la guerra’ del chino Sun Tzu se aconseja que “no ataques a un enemigo desesperado. Un animal agotado seguirá luchando, pues esa es la ley de la naturaleza”. En este caso el animal político es Teresa Rodríguez, líder del anticapitalismo andaluz y hasta hace poco bandera de Podemos en el territorio y también de la marca Adelante Andalucía que nació tras la confluencia con Izquierda Unida.

Rodríguez estaba metida en su madriguera disfrutando de su baja maternal y del silencio tras el ruido provocado tras su divorcio televisado con Podemos y Pablo Iglesias.

Sin embargo, con una política en retirada momentánea, Podemos e Izquierda Unida cometieron un error estratégico al buscar la aniquilación total en una disputa con un trasfondo mucho más económico que ideológico.

En los últimos días Teresa Rodríguez ha salido más en los medios y en las redes sociales que en los últimos meses, de tal manera que Adelante Andalucía le ha dado un altavoz que últimamente no tenía ya que había tenido una pérdida de protagonismo evidente.

Teresa Rodríguez anunció la creación de un partido o una nueva figura política con un marcado acento andaluz y con el anticapitalismo militante que le ha acompañado desde que decidiera dar el salto a la política. Sin embargo, todo lo que rodea a ese proyecto político y a sus principales actores es toda una incógnita.

La decisión que tome creará un efecto dominó porque hay otras piezas que dependen del factor Teresa Rodríguez.

Los anticapitalistas tienen su bastión en la capital gaditana con dos marcas que se han consolidado en la política, como son la propia Rodríguez y el alcalde José María González ‘Kichi’, que se da la circunstancia de que son pareja y han formado una familia en los últimos años.

Kichi desde que entró en San Juan de Dios dijo que su proyecto político tenía una duración de ocho años y así lo ha ratificado cada una de las veces que se le ha preguntado.

Mientras que en Andalucía la confluencia ha saltado por los aires, en Cádiz de momento la estructura se mantiene y, al parecer, goza de buena salud en cuanto a la cohesión. En la capital gaditana bajo esa marca se le da abrigo a lo que era Podemos (ahora los anticapitalistas), Ganar Cádiz (gente que venía de diversos colectivos sociales), Izquierda Unida (en donde está el activo Martín Vila) y una serie de personas que habían sido reclutadas por Kichi y su círculo próximo pero que son una especie de independientes, como Lola Cazalilla y Carlos Paradas.

En ese gazpacho de facciones que se han unido todos bajo la bandera de Kichi en San Juan de Dios, Podemos se ha quedado sin activos en la ciudad. Los círculos que tanto dieron que hablar al inicio de su singladura, han desaparecido. La marca Podemos en Cádiz está prácticamente aniquilada con casi la única presencia de Araceli Orozco y poco más y tras una desbandada paulatina que ha dejado a la formación de Pablo Iglesias en la irrelevancia más absoluta en Cádiz. Curiosamente, hay mucha gente que sigue vinculando con la marca morada a sus enemigos políticos.

Los anticapitalistas también han ido sufriendo bajas en el ejército, como por ejemplo la del otrora ideólogo Jesús Rodríguez, con una fobia conocida a todo lo institucional y más amigo de lo simbólico y del lema que del trabajo de despacho. No sólo se ha ido sino que ahora es incluso crítico.

Con unas elecciones andaluzas que tendrán lugar antes de las municipales y donde ya se empezará a vislumbrar el tablero político en la izquierda radical con una división de marcas, eso también tendrá su efecto a nivel municipal. Izquierda Unida siempre ha sido muy dogmático y por mucho que en Cádiz haya habido entendimiento en la estructura de Adelante, no van a permitir con casi toda probabilidad que repitan la fórmula.

Y ahí surgen varias preguntas. ¿Teresa Rodríguez? Gente que le conoce dice que la maternidad le ha cambiado y que el tema político ha quedado en un segundo plano pero si por algo se ha caracterizado la roteña es por su obcecación. A ello se le une que ha obtenido un destino profesional más cercano. Lo que sí parece es que el futuro político de Teresa Rodríguez y el de Kichi van a ir de la mano. A los dos les tocará ahora sufrir la romería de lloros de esta industria de colocación que es la política actual en todos los partidos.

Martín Vila podría también asumir el mando pero en petit comité va diciendo que su proyecto también es de ocho años y que quiere desarrollarse en su profesión. A partir de ahí tendrán que construir un candidato que venga a intentar rellenar el enorme vacío que puede quedar. Hagan apuestas: Lola Cazalilla, Demetrio Quirós...

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