Tamara García
La cantera que queremos
Salud sin fronteras
Se acaba de publicar en la revista Nature un experimento por el cual, con programas de inteligencia artificial, se ha logrado por primera vez crear un posible tratamiento experimental para una enfermedad olvidada por las grandes compañías farmacéuticas.
Con inteligencia artificial se han diseñado unas proteínas hasta entonces inexistentes, capaces de neutralizar las mortíferas toxinas de la picadura de la cobra, al menos en las simulaciones computacionales.
El grupo de científicos considera que se abre la puerta para abordar muchas patologías olvidadas y se podría ayudar a democratizar el descubrimiento de terapias inéditas.
Y es que este es uno de los principales retos que deben abordarse por parte de los responsables de los servicios de salud en todo el mundo, especialmente en países como el nuestro con sistema universales de salud orientados a la equidad.
En el campo de la inteligencia artificial se está produciendo una especie de revolución del conocimiento que aporta (y lo hará más en el futuro), soluciones inéditas que hemos de aspirar que sean accesibles a todas las personas que se puedan beneficiar de ellas.
Uno de los problemas a resolver en este ámbito se refiere a la necesidad de conocer y hacer aflorar todo lo que se está avanzando en materia de inteligencia artificial aplicada a la salud. Una especie de observatorio de inteligencia artificial en salud que incorpore al sector público y a la iniciativa privada que trabaja en este ámbito.
Por otra parte, hay que reforzar instituciones existentes como las Agencias de Medicamentos o crear instituciones nuevas, que han de encargarse de asegurar una evaluación de las soluciones aplicables al ámbito de la salud y conocer así su efectividad y su seguridad para acreditarlas antes de su uso generalizado en un procedimiento similar al de los medicamentos, aunque en el caso de la inteligencia artificial, con sus especificidades.
Y para conseguir el objetivo de democratizar los avances, los sistemas sanitarios deben estar atentos a incorporarlos a la cartera de servicios y prestaciones para que formen parte del derecho universal, estableciendo también los procedimientos que faciliten su aplicación en la práctica clínica con criterios de equidad.
Es un desafío y una oportunidad al mismo tiempo. Todos estos avances de la mano de la inteligencia artificial generan una situación que debe interpelar a las autoridades sanitarias para rediseñar sus funciones y sus obligaciones de hacer posible que la sanidad pública continúe de verdad aplicando sus principios de universalidad, equidad y calidad.
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