E uropa: puntos fuertes, pero importantes desafíos

Tribuna Económica

21 de febrero 2025 - 03:04

La competitividad es crucial para el futuro de Europa. El continente necesita un crecimiento económico más rápido y una mayor productividad para mantener la calidad de vida de los europeos”. Este es el mensaje central del artículo que las presidentas del BCE, Christine Lagarde, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han publicado hace unos días. Reconocen que la situación es muy difícil: la revolución global de la inteligencia artificial podría dejar a la UE atrás, sus sectores tradicionales de manufactura están perdiendo terreno, y las tensiones geopolíticas incrementan las vulnerabilidades. A pesar de ello, son optimistas, creen que Europa tiene sólidos puntos de partida para enfrentar estos retos y un plan para corregir sus debilidades.

En el artículo dedican buena parte a subrayar lo que tenemos en Europa de bueno: unas instituciones basadas en el Estado de derecho, un BCE independiente, comprometido con la estabilidad de los precios; una deuda pública y déficits menores que en otras economías clave; un capital humano valioso, una generación de patentes casi similar a la de EEUU, y un alto ahorro de los hogares para financiarlas, con cerca de 1,3 billones de euros anuales; está bien posicionada para convertirse en un centro mundial de innovación en tecnologías limpias; y mantiene una posición única en el comercio mundial, siendo el socio principal de más de 70 países.

Pero, no obstante, enfrenta desafíos estructurales. Primero, hay que eliminar barreras internas y facilitar el acceso al capital riesgo para que las empresas innovadoras puedan crecer. Segundo, hay que simplificar la regulación para que Europa sea un lugar más atractivo para la inversión. Tercero, hay que realizar inversiones masivas en redes y almacenamiento energético, así como un diseño más inteligente del mercado para conseguir que los costes energéticos sean menores.

Y nos cuentan las primeras medidas que se están adoptando. Se ha lanzado la Brújula de Competitividad, que establece un plan ambicioso para eliminar estas deficiencias. Así, se propondrá un régimen “28º” para las empresas innovadoras, lo que les permitirá operar bajo un marco jurídico único en la UE. Se fomentará una Unión de Ahorros e Inversiones para garantizar que las empresas puedan encontrar los recursos financieros que necesitan. Otra medida clave será dar acceso a las empresas a la red de supercomputadoras más avanzada del mundo, lo que facilitará el desarrollo de tecnologías de vanguardia e impulsará la difusión de la IA.

El BCE también jugará un papel esencial en la implementación del euro digital, manteniendo a Europa a la vanguardia de las tecnologías de pago digital. Además, a partir del próximo mes, se llevará a cabo una simplificación sustancial de la legislación sobre informes y debida diligencia en finanzas sostenibles. Por último, se reducirá el precio de la energía mediante la integración de los mercados y la mejora en la contratación de energía, acompañada de una rebaja de impuestos.

Este es solo el comienzo, nos dicen las presidentas, que la voluntad de la UE de actuar es más firme que nunca. Esperemos que sea así, y que después de décadas pasiva y acomodada, Europa, sometida a la gran presión actual, reaccione.

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