El parqué
Jaime Sicilia
Siguen las caídas
San Fernando/En la plaza Font de Mora se levanta el monumento en lenguaje cañailla, a Teresa la larga. Es el monumento a los caídos en la guerra de África y en las campañas de ultramar, Cuba y Filipinas. Teresa es la madre patria que acoge a los caídos tan lejos. Esas guerras, horribles, como todas las guerras, podrían haberse evitado. En general creo que todas, incluyendo la Iliada, la Odisea, los versos, el poeta ciego, la Eneida, y un etc, que no cabría en un millón de páginas. El día 7 de Julio, quince días antes del desastre de Annual y las fugas de Dar Drius a Monte Arruit, donde las tropas españolas fueron horriblemente aniquiladas. Desarmados y en posición de firmes por la promesa de las harcas de respetarles la vida con engaño y masacrarlos, cortarles los genitales, no enterrarlos para que no descansaran en paz.
Gracias al serio libro de investigación sobre Annual, del doctor en historia y coronel, don Fernando Caballero Echevarría, que recaba el relato de Pérez Ortiz, contemplamos el horror de la masacre… ”una turba de indígenas… frenéticos entran como irresistible tromba en el reducto… asesinando a los sorprendidos defensores…el fuego adquiere proporciones espantosas. Al profuso tiroteo suceden irregulares descargas de fusilería, un fuego infernal dentro y fuera de la posición. Su despavorida guarnición es perseguida a tiros… dos mil sesenta y siete cadáveres de españoles. 7.900 muertos dato calculado por Caballero. Los generales, Berenguer, Silvestre (muerto) y Navarro, fueron sometidos a juicio, Berenguer fue condenado a la separación del servicio y los cargos contra el General Navarro, retirados.
Aquella masacre fue referida por ABC en estos términos: “El 21 de julio de 1921 , jornada aciaga y negra como el hollín, una mezcolanza de factores provocó que la posición más avanzada en territorio enemigo del general Manuel Silvestre fuese pasada a cuchillo por guerrilleros de las cábilas locales. El resultado: entre 10.000 y 13.000 ataúdes llenos de soldados rojigualdos". Y todo ello, apenas una década después de que se viviera otra matanza similar (aunque de menor calibre) en la posición del Barranco del Lobo . Si antes ya era uno de los enemigos más temidos de nuestro país, aquella pesadilla provocó que Abd el-Krim (el líder regional) se convirtiera en un verdadero demonio de cara a la península. Sus hombres fueron acusados de mil y un barbaridades. Desde abrir en canal a nuestros compatriotas, hasta quemarles vivos. Su círculo de confianza eran compartieron mesa el jefe local Mohamed Azerkan (más conocido como 'Pajarito') y otros tantos mandamases como el Maal-lem (jefe de los guardias del mar) o Mohamed Quijote (comandante de la artillería.) ¿Un Quijote contra España?
El periodista español, Fernando P. de Cambra, entrevistó a Abd el-Krim, en su palacio del Cairo. “¿Qué fue del general Silvestre? ¿Cayó luchando? ¿Lo asesinaron?. ¿Murió en el cautiverio?”. Contestación: “No, nada de eso. Si hubiera sido hecho prisionero le habríamos respetado la vida como hicimos con el general Navarro. El general Silvestre se suicidó en Annual cuando vio que la posición ya no podía resistir más. Fue un bravo soldado que no admitía la derrota. Tal vez fuera demasiado impulsivo. Tuve entre mis manos su fajín”. Al concluir la entrevista, Abd el-Krim obsequió a Cambra con una espléndida cena árabe y al final le entregó una carta para el general Franco que, al regreso, el periodista, a través del ministro de Información y Turismo, le hizo llegar, junto con un pequeño informe de lo hablado con el entrevistado; cuya lectura Franco declinó luego, manifestando que “no quería saber nada de traidores”.
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