El Alambique
J. García de Romeu
En un Puerto gaditano
El Alambique
Están los corrillos municipales que echan humo murmurando, chismorreando y quejándose por el viaje del alcalde y varios acompañantes al otro lado del Atlántico, que han debido flipar con la crema de la política argentina. Por lo visto, el líder del grupo viajero no ha informado en condiciones a quien debía y los argumentos para explicar los motivos no son muy convincentes. Y luego está el tema del dinero. Si ha financiado la Diputación, ¿lo ha hecho a todo el séquito o solo a quienes tienen un cargo relacionado con la promoción de la ciudad?
La gente es muy cotilla y quiere saber dónde han dormido y con quién (¿compartían habitación de hotel, han recurrido a una humilde pensión o a los apartamentos turísticos?), qué han comido (¿tenían buffet libre, iban de restaurante o de puestos de perritos calientes callejeros?), con quiénes se han reunido a parte de los gerifaltes de las fotos, con qué empresas han hecho negocios, qué negocios, cuáles de esas empresas van a venir a El Puerto a regar de dinero nuestras calles y servicios, qué empresas portuenses van a inundar de dinero las arcas del país americano y a dar empleo al pueblo argentino. La gente no se conforma con las fotos. La gente quiere saberlo todo de todo el mundo. Sea el alcalde, sus asesores o la vecina del tercero.
Si me hubiera tocado a mí el viaje, estaría calladito, recopilando las fotos para hacer un álbum en papel y, si acaso, contaría las aventuras exclusivamente en mis círculos privados, reservando las anécdotas más picantes para cuando me reúna en torno a una chimenea con mi familia querida. No se me ocurriría recurrir a las redes para dar envidia a quienes no han tenido la fortuna de acompañar al alcalde. Pero, claro, no acostumbro a participar en sorteos. La próxima vez, estaré más atento a la convocatoria pública, echaré la papeleta o compraré el boleto a tiempo y rezaré para que me toque. Un viaje así no se puede rechazar. Y si luego rajan de mí, que rajen. El viaje no me lo quitaría ya nadie.
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