El Alambique
Belén Domínguez
El río que nos lleva
Letras capitulares
El Trofeo Carranza ha tocado fondo. La edición de este año, que se disputará el domingo, recuerda a aquellos años de penurias cadistas en los que a duras penas se mantuvo (y no siempre) el que tiempo atrás fuera santo y seña de los torneos veraniegos en España. Sin entrar en lo deportivo, ante el general desconocimiento que genera la presencia en Cádiz del club italiano Lecce, que no es ni de lejos la leche de equipo, sino que viene a ser una especie de versión italiana del propio club gaditano.
Análisis deportivos al margen, sí merece la atención respecto a este descafeinado trofeo la implicación del Ayuntamiento, que por un lado aporta una subvención de dudosa valía y, por otro, anula cualquier celebración ciudadana de este evento que antes era uno de los puntos álgidos del verano.
56.000 euros seguirá dando el Ayuntamiento (la ciudad) al Cádiz Club de Fútbol por la organización de un descafeinado trofeo. Misma cantidad, según ha querido puntualizar el alcalde, que se viene dando en los últimos años. Es decir, mismo importe que propició en 2022 y 2021 la visita del Atlético de Madrid, uno de los años como campeón de Liga.
En un tiempo en el que determinadas subvenciones se miran con lupa y se revisan hasta la extenuación, debería procurarse un mayor celo para estas otras ayudas cuyo destino no parece que guarde ya mucha relación con el beneficio de la ciudad, máxime cuando el gobierno de Bruno García ha descartado cualquier evento ciudadano que anime esa noche futbolística. Ni barbacoas (por cuya cancelación definitiva el alcalde ha vuelto a felicitar al gobierno anterior de Kichi), ni actuaciones carnavalescas, ni atractivo alguno en torno al Carranza (como trofeo, no como estadio). El que quiera, “que disfrute de la hostelería del Paseo y del casco histórico”, ha respondido Bruno García ante la pregunta de los periodistas; y ya el año que viene se verá.
Desde el Consistorio se justifica esta ausencia de programación en torno al trofeo la premura con la que el Cádiz anunció el cartel y la fecha del partido, así como la organización de la regata que en poco más de un mes llenará -a medias- de veleros el puerto de la ciudad.
El trofeo se disputará, sin pena ni gloria, este domingo entre el Cádiz y el que bien pudiera ser su homólogo italiano. Y se presentará esa misma mañana, porque la premura no ha permitido al club organizarlo de otra manera. Ante esto, debe reflexionar el Ayuntamiento si merece la pena seguir manteniendo económicamente un partido de fútbol amistoso, o si lo debe hacer pero imponiendo condiciones al Cádiz que vuelvan a elevar el nivel del torneo a la vez que la ciudad se implica promoviendo una gran noche de celebración en el entorno del estadio, en un verano que precisamente no destaca (como los anteriores) por los grandes eventos y atractivos.
La opción actual, pagar 56.000 euros para traer a Cádiz al Lecce y limitar la celebración veraniega al césped de un estadio cuyo partido además regala el equipo a sus abonados, no parece la más adecuada para el beneficio ciudadano que debe ir detrás de cada ayuda que concede el Ayuntamiento.
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